El viaje al corazón del conflicto de Jalis de la Serna 'Apatrullando' los barrios más conflictivos

«Queremos mostrar la realidad sin artificios y entrar en el corazón de las zonas conflictivas». Aunque no solo tratan de mostrar al espectador zonas problemáticas. Uno de los capítulos recorre París, la ciudad donde se celebra los Juegos Olímpicos 2024. Es todo un desafío de seguridad para una ciudad, que ha levantado la villa olímpica y dos grandes recintos deportivos en dos de sus barrios más peligrosos. La ciudad de La Luz no puede permitirse incidentes como los de la final de la Champions League de hace dos años. Allí Jalis de la Serna y Zazza 'El italiano', comprobarán lo que sucede hoy en día en las calles de esta ciudad. «Siempre hay una historia que contar en todos estos lugares. Nos sorprendió ver en París cómo gestionaban el tema de las personas sin hogar. Hay muchas críticas por parte de algunos colectivos porque parece que se quiere hacer una especie de limpieza social para dar buena imagen al mundo», cuenta el reportero.

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Marbella, Ibiza, Madrid, Barcelona… Son algunas de las ciudades que ambos visitarán y en las que se han visto en alguna situación complicada. «Presenciamos los últimos tiroteos en Marbella y es cierto que uno puede temer por su vida porque es peligroso. Los narcopisos también son lugares peligrosos donde te amenazan, te señalan, te empujan…», reconoce.

Son ya muchos los años que este periodista lleva a sus espaldas. En los lugares más conflictivos se ha encontrado a personas de todo tipo. «Hay prejuicios a la hora de valorar a la gente que vive en determinados lugares, aunque llevo el suficientemente tiempo trabajando como para quitarme esos prejuicios de encima». Para entrar en estas historias uno se despoja de todo esto. «Detrás de cada persona hay una historia y que la mayor parte de las veces, no han tomado elecciones personales desde la lógica. Es una elección personal hecha desde la lógica. Un toxicómano, por ejemplo, seguramente hay tenido complicaciones en la vida para recurrir ahí. Nadie elige 'motu proprio' una situación de déficit social».

A lo largo de su carrera, el reportero se ha dado cuenta de que la seguridad en las calles ha evolucionado mucho. «Hay muchísima más policía y patrullas que recorren los barrios». Pero no hay una evolución social. «Hemos estado en barrios que llevan mucho tiempo siendo barrios conflictivos. Siguen siendo lugares degradados y no he visto un cambio. Es verdad que hay asociaciones y colectivos que tratan de apoyar y sacar adelante a la gente, pero no he visto ningún cambio».

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Su labor consiste en adentrarse en lugares donde nadie quiere recibirlos, pero es cierto que conforme el trabajo avanza, la gente se acostumbra. «Se dan cuenta de que no somos sus enemigos, que vamos a contar una historia sin meternos con nadie». Y a pesar de las amenazas que uno pueda recibir frente a personas violentas, la «fortaleza mental» es indispensable para hacer bien el trabajo. «No puedes huir a la primera amenaza que sufres, porque dejarías de grabar y no tendría sentido tu trabajo. A veces te toca ver situaciones muy duras, y tienes que tener la suficiente fuerza para saber cómo puedes exportar esa historia sin que te afecte. Tienes que desprenderte de la idea de que tienes que cambiar el mundo y las injusticias sociales que te encuentras porque acabarías volviéndote loco».