Un hostelero opina con indignación sobre la reducción de la jornada laboral aprobada por el Gobierno: «No es equitativo»

El objetivo de esta medida impulsada por la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que tardará aún varios meses en implantarse, es «mejorar la productividad» y «reducir el absentismo» en el trabajo. Se espera que, en caso de que finalmente se apruebe, la nueva norma impacte en 12 millones de trabajadores españoles, que verán cómo sus horas de trabajo disminuyen en torno a una «media hora diaria».

Sin embargo, lo cierto es que la reducción de la jornada laboral no ha convencido a todos los afectados. Tanto el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, como el de la Asociación de Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, han mostrado su discrepancia con esta medida, que afectará a muchos negocios alrededor de la Península y que podría poner en jaque su subsistencia de cara a un futuro cercano.

De este problema han hablado largo y tendido en 'Espejo Público', donde han querido contar con las opiniones tanto de camareros como de hosteleros sobre lo que esto supondrá para el sector de la restauración. El programa presentado por Susanna Griso ha hablado con Jesús Soriano, creador de @soycamarero, y con Chema Soto, dueño de un restaurante en Galicia, para conocer ambas visiones de esta nueva medida que el Gobierno pretende implantar.

En el caso de los trabajadores del sector, Soriano ha asegurado que la diferencia entre las 40 horas actuales y las 37,5 iba a ser mínima incluso en bares pequeños: «Se las pueden apañar como hasta ahora, no creo que sea tan exagerado la reducción de la jornada laboral. No creo que tuviera que repercutir mucho el hacer 2 horas y medio menos a la semana. Creo que es una exageración», ha explicado el camarero, recordando que «muchos ya se pusieron las manos en la cabeza cuando se estableció la jornada de 8 horas».

Muy diferente ha sido la visión de Chema Soto, este hostelero de Pontevedra para el que cuadrar los nuevos turnos de sus trabajadores podría significar un verdadero cambio en su negocio: «Son 2 horas y media sólo por persona, pero tendría que contratar a otra persona para cubrir las horas en el servicio de comida y de cena», ha comentado el empresario.

Es por ello que este hombre se ha preguntado de dónde sacar «el incremento de coste para la compañía» que supondría una nueva nómina a pagar. De hecho, ha insistido en que, para que esta mejora de condiciones a sus empleados no le hunda, tendría que subir los precios de su restaurante, repercutiendo así en el cliente.

Aún así, Chema Soto ha asegurado que está de acuerdo con que se mejore las condiciones de los trabajadores, aunque no a costa del hostelero: «Soy partidario de que tengan mejores condiciones, pero no es equitativo. El empleado tiene el mismo poder adquisitivo, pero tiene más tiempo libre. Todo va a subir, los restaurantes, las panaderías, todo va a incrementar... Entonces es la pescadilla que se muerde la cola, por lo que creo que no es viable», ha sentenciado.

La solución que han propuesto para evitar la contratación de una nueva persona sería la de cerrar más días a la semana, algo que el empresario no ve viable. «Yo cierro dos días a la semana para que el personal tenga dos jornadas libres seguidas. Pero si tengo que darle más tiempo libre o tengo que reducir jornada del servicio, ¿entonces las sobremesas de Yolanda Díaz dónde las va a realizar? Si no tiene mesas para comer...», ha dicho en torno burlón.

Chema ha mostrado su indignación por todos los obstáculos que se ha encontrado para intentar mantener a flote su negocio: «Llevo 20 días abierto, me costó abrir porque no encontraba el personal adecuado. Ahora que lo tengo me dicen que tengo que reducir la jornada y contratar a otra persona más. A mí no me da, la misma cuota de autónomo que pago yo la paga Amancio Ortega. Algo aquí no funciona», ha lamentado.

Por último, ha querido aclarar que no todos los hosteleros hacen trampas en lo que a horarios de sus empleados se refiere: «No se puede generalizar. Llevamos 22 años en hostelería, queremos hacer cosas legalmente, pagar todo lo que le corresponde a cada empleado y me resulta muy complicado», ha concluido.