'El Hormiguero' mete a Rosalía en un 'embolado': el experimento con cámara oculta que la ha convertido en camarera por un día

La cantante, compositora, productora discográfica y actriz anda de promoción de su próximo proyecto. La canción en cuestión lleva por título 'Tuya', superó las 900.000 visualizaciones en su primer día. El videoclip se rodó en Tokio, una excusa para volver a un país que le fascina, como confesó la cantante. Para grabarlo se atrevió incluso a meterse en aguas de origen volcánico, donde casi se achicharra. Siempre es así intrépida. Con mucho humor, la artista catalana relató varias de las anécdotas de rodaje de sus videos. «Una vez me enseñaron a hacer apnea, y además tenía que poner cara de guapa. Es un lío», rememoró.

Además, Rosalía desveló que escribió el tema mientras estaba de gira. Con el símbolo 'Motomami' lleva año y medio de 'tour' internacional, 15 países recorridos a sus espaldas y conciertos donde ha llegado a actuar delante de 160 mil personas. «Hay muchas alegrías, pero a veces el estilo de vida es durillo…No tener raíces nunca», admitió al ser preguntada por cómo lleva vivir en esa vorágine.

En una charla un tanto más larga de lo habitual en 'El Hormiguero', Motos aprovechó para sacarle el tema de su pareja, Rauw Alejandro. Según la estrella internacional, trabajar juntos en proyectos tiene su parte buena, como la complicidad y las risas. «Hemos sobrevivido», bromeó.

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«Parece que va a haber boda», continuó el presentador. «Pues eso parece», confirmó la invitada, que adelantó que pretende que el enlace no sea demasiado multitudinario. El conductor de 'El Hormiguero' no pudo resistirse tampoco a cotillear sobre la pedida. «Fue muy bonita», afirmó Rosalía. Y desveló que «estábamos en Puerto Rico, en la casa de sus abuelos. Está en la montaña, había fuegos artificiales porque era Año Nuevo y se veía toda la ciudad. Acabe llorando, claro».

Justo después, Pablo Motos anunciaba una sorpresa. Rosalía se había vuelto a disfrazar, esta vez de camarera por un día para participar en una cámara oculta. En vez de hablar normal, la artista tenía que responder a los clientes frases de 'Tuya'. «En qué embolados me meto…», admitió. Se cambió el nombre a Cristina, se puso lentillas, tatuajes... Pese a la caracterización y el empeño que le puso a servir las mesas como una profesional, la reconocieron algunos clientes.