'First Dates' se salta el guion y pilla por sorpresa a la audiencia con una cita a cuatro: «He alucinado»
Cristóbal acabó buscando el amor en el programa de Cuatro gracias a sus amigos, que fueron quienes lo apuntaron al casting. Por eso además se presentó allí con ellos
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María Robert
Cristóbal (58) es de Badalona, trabaja de informático y recurrió a 'First Dates' para buscar el amor. La cita que tuvo con Rosa (59) este miércoles 6 de marzo hubiese sido una más de las tantas que el restaurante organiza. Salvo por ... el hecho de que la velada acabó siendo una especie de cita a cuatro.
A Cristóbal lo apuntaron de coña al casting de 'First Dates' sus mejores amigos, Manolo y Aixa. Se dejó medio engañar por ellos, pero cuando se quiso dar cuenta, acabó allí. Y no solo eso: al programa de Cuatro se presentó acompañado por colegas, quienes observaron en primera fila el encuentro entre Cristóbal y Rosa.
Aunque admitió ser un poco exigente y que no le vale cualquiera, la soltera encajó con el prototipo de Cristóbal: era alta, culta y picante. Rosa, por su parte, deseaba encontrar una persona afín a ella, sobre todo que fuese cinéfila y practicase el nudismo.
Desde el reservado, Manolo y Aixa no perdieron detalle de la cena. Si bien notaron a su amigo un poco tímido, le dieron el visto bueno a Rosa. De hecho, se quedaron boquiabiertos cuando se enteraron de que ella rozaba los 60. «La verdad es que está espectacular. Sinceramente, he alucinado. Está claro que se cuida, igual que él, que es 'don cremitas'», reaccionaron.
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El detalle del físico de Cristóbal que Rosa no soporta
Al principal interesado también pareció encantarle su pretendienta. Pero al revés, no tanto. Físicamente, Cristóbal tenía algo que a Rosa no le gustaba en absoluto: perilla. Y no dudó en decírselo a él. «Me gustan afeitados. Hoy en día todos los chicos vais con barba. No soporto las barbas», manifestó ella.
El soltero se puso un poco a la defensiva con el comentario de su pareja, afirmando que «mi perilla no me la va a quitar nadie». Pero ella le dio una de cal y otra de arena alabando el buen pelo de Cristóbal, de manera que la conversación siguió fluyendo por lugares comunes, como sus trabajos y aficiones.
Ambos resultaron ser amantes del baile. El inconveniente es que él se declaró como un hombre salsero, y a ella le van más las sardanas. Dado que a Cristóbal no le motivan nada los bailes regionales y en concreto la sardana le parece aburrida, sus amigos vaticinaron que esa diferencia podría ser determinante.
Acto seguido, pudieron comprobarlo. Creyendo que la pareja estaba demasiado contenida, 'First Dates' los invitó a salir a la pista y conectar al son de los ritmos latinos. En cambio, la estrategia consiguió lo contrario, sirviendo para confirmar que no había complicidad.
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