La isla de las tentaciones

Lucía se harta de Manuel mientras Lola y Marina caen de lleno en la tentación

La gaditana pide una hoguera de confrontación con su aún novio, quien profundizó en su relación con Fiama en el baño de su habitación

Manuel y Fiama, dejándose llevar en la piscina Telecinco |Vídeo: Concursantes de 'La isla de las tentaciones' valoran las infidelidades EP

R. Ventureira

Ya estamos más cerca de la infidelidad de rebaño . Dos novias ( Marina y Lola ) y un novio ( Manuel ) han caído de lleno en la tentación, o sea, que podemos dar por finiquitadas tres parejas salvo que alguno o ... alguna se tome los cuernos con una resignación a lo Christofer . Resisten otras dos, pero a estas alturas ninguna aseguradora aceptaría que suscribiésemos una póliza a todo riesgo por el buen futuro de estas relaciones en teoría resilientes, que diría el presidente del Gobierno.

Fue una noche de sexo (por partida triple), mentiras (las de Lola y Diego prometiendo ser buenos para ser inmediatamente malos) y cintas de vídeo (bueno, de vídeos digitales, que los tiempos del VHS ya están más acabados que lo de Manuel y Lucía ).

Vamos con el uno a uno de la noche.

Manuel y Lucía: camino de la hoguera

«Tenía que pasar y punto», resumió el gaditano Manuel , como si lo suyo con Fiama fuese un designio del Señor. «Por mucho que me quiera controlar, la cabra tira al monte», se disculpó. Hablaba del primer encuentro sexual completo de la edición, protagonizado por él y su tentadora favorita. Llegó después de que, solo unas horas antes, ella hiciese esta solemne declaración: «No queremos hacer daño. Fuera ya haremos lo que nos apetezca».

La muchacha se fue a la habitación de Manuel . Se besaron. Ella anunció, inocente, su próximo y poco erótico paso: «Voy a lavarme los dientes» . Él hizo lo que hace siempre, cual perrito faldero: la siguió. En este caso, al baño. Y pasó lo que «tenía que pasar y punto». Lejos de las cámaras, lo que provocó una sanción. Fue breve, pero, a juzgar por los extraños ruidos, intenso. Obviamente, sonó la sirena, y lo hizo por última vez en Villa Playa , porque la organización ofreció horas después a los chicos la posibilidad de desactivarla para siempre si así lo decidían todos, y eso fue lo que acordaron. En Villa Montaña , donde las chicas, sigue operativa, porque así lo quisieron todas salvo precisamente Lucía, la sufridora muchacha con la que Manuel llegó a la isla «para poner a prueba su amor» y otros eufemismos.

A la mañana siguiente, el gaditano se lo contó a todos y todas entre tostada y tostada. Lo hizo con orgullo machote. Y en esto que apareció Fiama . Llorando. Poseída por el ángel bueno. Carcomida por el dolor causado. Ella despertó, pobrecilla, con cargo de conciencia. «Hemos hecho un montón de daño a tu piba, que no tenía que ver esa mier....». Y entonces propinó la mayor puñalada verbal que se le puede dar a alguien con el ego exagerado de Manuel : «No era necesario por 30 segundos de mier....».

Esos 30 segundos de mier... abrieron la veda. Manuel y Fiama destaparon la caja de los truenos en 'La isla de las tentaciones 3' . Y es que tras el episodio del 'cepillado' llegaron dos de 'edredoning', los protagonizados por los duetos sexuales Marina-'Lobo' y Lola-Carlos . Pero de ellos hablaremos más adelante. Sigamos con la pareja gaditana.

«No era tan tonta como parecía» , juzgó Manuel al ver a su todavía novia Lucía muy suelta en el episodio anterior. Y más que se ha soltado. Quiso arrimarse a Carlos , pero el Geyperman de esta edición ha decidido centrarse en Lola . Así que, aprovechando que Marina estaba en sus aposentos sabaneros, su otrora amiga se pegó a   Isaac, 'Lobo' , quien se dejó querer. Jugaron en la piscina. Se acariciaron en un sofá, en el que se quedaron dormidos, bien acurrucados. Insistieron en remarcar que son amigos y residentes en Villa Montaña . También confidentes: él le dijo que se estaba cansando de esperar por Marina , porque ella no se decidía a dar el paso. El paso a la cama. «Amanece rara» , se quejaba Isaac ante la novia de Manuel .

Lucía y 'Lobo', acurrucados Telecinco

Lola , que andaba cerca de allí tonteando con Carlos , vio el percal y decidió denunciarlo. Delante de Marina , acusó a Lucía de acechar a 'Lobo' . A la fiesta de 'Todos contra Lucía' se sumó Sandra Barneda , que apareció por allí como caída del cielo con la tableta delatora. La aún novia de Manuel restó miga al asunto. Pero Marina se picó: «¿Es necesario? Lo que has hecho tú es lo que hago yo con él», lamentó.

Esas mismas imágenes de Lucía ronroneando con 'Lobo' las pasaron en la hoguera de chicos. Las vieron todos menos Manuel , sancionado por la organización por lo del cepillado. Los cuatro chicos se mostraron la mar de exagerados, hasta el punto de que Raúl le dijo al gaditano que se imaginase lo peor.

Manuel se picó un poquito, y se refirió a su aún novia con un término en afortunado desuso: «Cho...ete...». Proclamó que la madre de Lucía se iba a sorprender al verla actuando así.

Sandra Barneda: ¿Y tu madre no se va a sorprender?

Manuel: Mi madre no, porque mi madre sabe de qué pie cojeo yo.

Y Sandra Barneda se río.

Manuel: Mi madre lo sabía; pero su madre no.

La noche de esta pareja (expareja, en realidad) se cerró con Lucía abandonando la hoguera de chicas. En ella pudo ver el episodio dental de Manuel y Fiama . Bueno, pudo intuirlo. «No voy a aguantar más humillaciones de este ser asqueroso. He llegado a mi límite». Se levantó y se fue.

En el avance del próximo episodio vimos que pedirá una hoguera de confrontación con Manuel , que está por ver que se la conceda. Si lo hace, estaría bien que ella le espetase a la cara lo que ayer dijo a Barneda : «Cree que siempre va a ser joven, va a ser guapo y que va a tener abdominales». Se refería al abominable Manuel.

Lucía se va de la hoguera de chicas Telecinco

Jesús y Marina: y el 'Lobo' mordió

En la memorable escena final de esa película que resume todas las formas del amor y el sexo, 'Eyes Wide Shut' , Nicole Kidman anuncia a Tom Cruise qué es lo que tienen que hacer para arreglar lo suyo.

Lo que propone Nicole a Tom es exactamente lo que hicieron Marina y 'Lobo' . Arreglaron lo suyo entre sábanas. Quedó claro que acercamiento de Isaac a Lucía fue una maniobra de distracción propia de un 'Lobo' muy listo. Marina hizo un resumen perfecto de lo acontecido: «Ha pasado lo que tenía que pasar. Es tan fogoso como yo pensaba. Yo también soy muy fogosa». Que el asunto entre ellos acababa así de fogoso –incluso más– ya lo sabíamos desde antes del inicio del programa , por mucho que lo ignorasen los debates de Telecinco , donde ahora ya podrán dar el finiquito al elefante que había en el plató.

Al fogoso lo vio en acción, durante la fogata de chicos, el pobre Jesús . «Qué poca dignidad. ¡Delante de toda España!», lamentó el muchacho, como si lo que le doliese no fuesen los evidentes cuernos sino una presunta merma en la dignidad de su aún novia. Él, que ingenuo había puesto el freno con la tentadora Stefany , pisará a buen seguro el acelerador.

Sandra Barneda: No hay más imágenes para ti.

Jesús: ¿Cómo las va a haber?

Ya había visto todo lo que tenía que ver.

Diego y Lola: por los aires

De entrada, vimos el final de su boca a boca, tras la 'hoguera interruptus' del episodio anterior. «He hecho cosas peores», había confesado entonces Lola . Las cosas peores se vieron en la tableta. Ella, en la cama, con Carlos .

Diego se pensó que el encamado era el italiano, así que llegó al fin 'La Aclaración '.

Lola: El de las imágenes no es Simone ...

Diego: Ya si lo has hecho con otro...

Hacerlo, hacerlo, no. Pero hubo tocamientos.

Diego: ¿Qué se te ha pasado por la cabeza?

Lola: Estoy haciendo cosas que no sé el motivo por el que las hago. Pero yo no me ha acostado con él.

Diego: Pero botaba la cama... Acostarte, no, ¿pero alguna otra cosa?

Lola y Diego, en la hoguera de confrontación Telecinco

Y puso cara de que sí, de que hubo alguna otra cosa. Y entonces soltó la mejor excusa que se ha escuchado en las tres ediciones de 'La isla de las tentaciones' : «Están las hormonas alteradas», se justificó Lola. «Estoy perdida como pollo sin cabeza», añadió después, si cabe más inspirada.

Hablando de animales. Barneda se sacó de la manga unas imágenes del perro de la pareja que hicieron de pegamento sentimental. «Para mí significa mi familia. Parece una tontería porque es un perro», reflexionó Lola entre lágrimas. «Es como un hijo», remarcó él.

Diego hizo un doble ejercicio: de autocontrol y de arrepentimiento. «Voy a aprender a perdonar. Soy una persona que no admite consejos y no perdona. Son cosas que hay que aprender», soltó tras admitir que seguía enamorado de Lola. «Ha dado el paso de niño a hombre», juzgó la muchacha, muy orgullosa de su todavía novio.

Llegó el momento de la elección. Habló primero Lola : «Prefiero continuar en la villa para demostrarle que le quiero y que le voy a respetar». Luego lo hizo Diego : «Lo mejor es volver a las villas». «Todo tiene solución», le dijo él a modo de despedida. No hizo falta recurrir al VAR para saber que no se besaron en la boca, sino en las mejillas. Como si se acabasen de conocer. Y lo cierto es que era un poco así: puesto que la Lola de siempre había conocido a un nuevo Diego .

Parecía que se había abierto una ventana de esperanza. Que la habían abierto los dos. Qué ingenuos somos.

Porque, en efecto, era la misma Lola de siempre . La del tonteo con Simone . La del toqueteo con   Carlos , a quien se volvió a arrimar de vuelta a Villa Montaña . Hasta tal punto se aproximó que dejó de lado a sus compañeros, que se reunieron en una cama para hacer lo que las chicas suelen hacer en los cuartos de baño: rajar de otra chica. En este caso, de la pendular novia de Diego .

«Esperaba una Lola más parada, más controlada. He visto besos y acercamiento máximos», denunció Marina , que ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio. Pero no iba desencaminada. Unas horas después, hubo beso, a plena luz del salón. «Mi primer beso con Carlos me ha encantado», valoró Lola , cuyo comportamiento ya era a esas alturas indescifrable. Y eso que solo habíamos asistido al precalentamiento. Por la noche llegó el anunciado 'edredoning' ( lo del Carlos y Lola fue uno de los dos 'spoilers' de la edición ). Cómo son las hormonas, que hicieron que Lola demostrase lo mucho que respeta a Diego de una forma un tanto peculiar. «Para mí compenetramos muy bien. Me apeteció y ya está», resumió ella.

En la otra villa, Diego no perdió el tiempo. La culpa, en este caso, fue del jacuzzi, donde se besó con la tentadora Carla . «El jacuzzi no sé lo que tiene. Es algo mágico. Con el agua caliente que, además, incita a que pasen cosas». A la mañana siguiente, mostró cierto arrepentimiento y se preguntó en voz alta qué pensaría Lola . Pues Lola estaba pensando en volver a acostarse con Carlos . Y fue exactamente lo que hizo.

Quedaba que se enterase Diego de que Lola había reincidido a lo grande. Eso fue en la hoguera de chicos. Ya le pareció excesivo el acercamiento besucón que tuvieron en el agua dulce. «No sé qué tipo de producto echan a esa piscina». Después le pasaron el 'edredoning': «Flipante».

Sandra Barneda: No hay más imágenes para ti.

Diego: Lo siguiente es que entre Simone a la cama.

No descartemos nada. Ni por parte de   Lola  ni por parte de Diego . Dijo que no aplicará el clásico «de perdidos, al jacuzzi»; o sea, que no alcanzará con Carla los límites traspasados por Lola . Está por ver que así sea, porque en la isla aún queda mucha leña por arder.

Lara y Hugo: infinita ternura

El momento tierno del episodio de anoche lo volvió a aportar el gallego Hugo . «No fui bueno con ella. Yo le fallé cuando más lo necesitaba...», lloró arrepentido en la fogata masculina.

Sandra Barneda , en un ejercicio de empatía que hemos visto a contadas presentadoras desde los tiempos de Nieves Herrero , lloró también, conmovida ante aquel hombre que prometió que ella, su Lara , nunca más pasará hambre amorosa.

«Haré todo lo posible para que vuelve a estar tan enamorada de mí como al principio», prometió al calor de la hoguera de chicos, donde comprobó que su novia sigue ajena a toda tentación.

Claudia y Raúl: ella solo da miradas

Pasan las semanas y Claudia sigue resistiendo el empuje de Toni . «Nadie me ha mirado como me mira ella», presumió el tentador ante sus compañeros de villa. Pero la cosa no ha ido más allá de las miradas. «No he pasado ningún límite con Toni», proclama ella, quizá porque precisamente ha pensando en traspasar las líneas rojas. Sería la guinda inesperada a una edición en la que ya han saltado por los aires las parejas cuya destrucción estaba cantada desde el episodio uno . Mejor dicho: en dos de los casos, antes incluso de ese capítulo inicial.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios