Gran Hermano frente a Supervivientes. ¿Por qué uno triunfa donde otro fracasó?

Nada tiene que ver lo que ocurrió con Gran Hermano . El primer programa de esta edición ya fue el menos visto de los 18 que han realizado. Y los programas del martes y el domingo (mismo formato que Supervivientes) fueron cayendo en picado hasta que cancelaron el primero y relegaron a casi la madrugada el segundo. Así, GH Revolution fue dando tumbos hasta su final entre amenazas de boicot de algunos de sus seguidores.

El primer y más básico elemento, la piedra de todo, son los protagonistas. Frente a los anónimos de GH Revolution están los famosos de Supervivientes, muchos de ellos criados y alimentados en las entrañas de Telecinco. Y en la isla se han vivido momentos «cumbre» para los seguidores de estas peculiares estrellas de la televisión, como la boda de Chabelita con Alberto Isla.

Estos famosos, sus aventuras y desventuras, sus idas y venidas, acaban convirtiendo el debate de los domingos, la aventura de los martes y la gala de los jueves en una especie de Sálvame monográfico aderezado con alguna prueba de inmunidad y conexiones en directo con el otro lado del mundo.

Además, no se pueden olvidar los cebos con los que el resto de programas de la cadena alimentan a los espectadores de «Supervivientes». Unas tramas que solo se resuelven en el programa de la noche, por lo que el espectador tiene que verlo si quiere enterarse. En Gran Hermano , gracias al canal 24 horas, los más fervientes seguidores se enteraban de todo al instante y después lo subían a las redes sociales. De tal manera que las historias más truculentas muchas veces se resolvían sin que la cadena monetizara la inversión de mantener el directo.

Tampoco hay que olvidar que Gran Hermano es un formato veterano, y que los intentos de revolucionar (« Revolution », lo llamaron) no gustaron a los seguidores del formato de toda la vida. Más aún cuando, con el paso de las galas, la tan nombrada revolución se quedó en nada.