Parrillada mixta
Rosa León, para más inri
El asalto de RTVE, perpetrado por el Gobierno y sus socios la pasada semana y en pleno luto nacional, es un pellizco de monja sanchista al lado del dolor que causa este regreso, ahora como consejera
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Iniciar sesiónNo es impostada la nostalgia –tampoco el punto de partida de una comparación retrospectiva y odiosa– con que los telespectadores de la Transición recuerdan los programas musicales que trasladaron a sus platós la fenomenología de la Nueva Ola. Por su versatilidad transgénero y su apertura ... de miras, el mejor fue 'Aplauso', de largo, sin otras ataduras que las promocionales, lo que permitió a Hugo Stuven acoger a las bandas y los cantantes, cada uno de su padre y de su madre, cruces de caniche y dóberman, que no cabían en espacios tan sectorizados y sectarios como 'La edad de oro', de un oscuro reglamentario y excluyente, o 'La bola de cristal', más colorista, pero reservado a una compañía estable de conjuntos nacionales que transmitió la idea equivocada, perpetuada hasta hoy, de que la dizque Movida fue un fenómeno único en el mundo y no la mera adaptación española de una fiebre universal.
Extensible a cualquier recuerdo manipulado, esta idealización del pasado –cada uno el suyo; para gustos, colores o lutos– se ve reforzada por la memoria del estadio anterior de una televisión pública, la única que había, cuyos contenidos musicales para niños, y 'Aplauso' lo era tanto como 'La bola de cristal', eran para echarse a temblar.
Hay gente que todavía tiene pesadillas con Ismael y la Banda del Mirlitón, grupo de folk por el que pasó Pedro Piqueras y cuyo líder, a veces ataviado con un poncho, dejó claro a mediados de los setenta que la Transición a la Nueva Ola no iba a ser para los niños de entonces un camino de rosas.
Putos hippies.
Peor aún fue lo de Rosa León, a la que Lolo Rico, antes de caerse del caballo y experimentar la revelación de la Movida, metió en 'La cometa blanca', programa en el que la hoy consejera electa de RTVE sacaba la guitarra y se ponía a cantar a los niños unas cosas terribles para la sensibilidad musical de los primeros años ochenta, ya muy desarrollada por quienes escuchaban de tapadillo la radio o habían visto en la Segunda Cadena 'Popgrama' o 'Musical Express'. Si el golpe de Estado del 23-F respondió a un planteamiento político involutivo, lo de Rosa León fue más o menos lo mismo, pero en acústico.
El asalto de RTVE, perpetrado por el Gobierno y sus socios la pasada semana y en pleno luto nacional, es un pellizco de monja sanchista al lado del dolor que causa el regreso, ahora como consejera, de Rosa León. Revictimización lo llaman.
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