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Televidente

Pajaporte

«Cuando el porno estaba codificado en el Plus (qué escándalo) los adolescentes fruncían el ceño frente al televisor intentando descifrar aquella escala de grises como si fueran Alan Turing ante las comunicaciones de los nazis»

Saco de mierda

José Luis Escrivá EP
Bruno Pardo Porto

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Cuando el porno estaba codificado en el Plus (qué escándalo) los adolescentes fruncían el ceño frente al televisor intentando descifrar aquella escala de grises como si fueran Alan Turing ante las comunicaciones de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Corrían leyendas sobre chavales que ... a fuerza de fijarse lograban ver un culo en medio del ruido, tal vez un pecho, un gemido, un vello. Se contaban historias sobre madrugadas en las que la señal se abría de forma gratuita durante unos segundos y de pronto, ahí, en tu salón, descubrías los secretos de la piel y pasabas a formar parte de una élite con acné. Todos estos misterios y mitos se esfumaron en cuanto Steve Jobs apareció en escena como un nuevo mesías y regaló al mundo una pantallita táctil para hacerlo todo, desde fotografiar un atardecer hasta medir la distancia entre el desierto del Sáhara y Nairobi, calmando así la sed de curiosidad que nos hace humanos. Por lo que sea, aquel 'gadget' no tardó en utilizarse para la masturbación compulsiva y para que uno pudiera ser nazi sin reparos: pasa el tiempo pero no las obsesiones.

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