Dinero nuevo

Me encanta cuando pretende vaciar la «casa grande» y decorar la «casa pequeña» y dice a la interiorista: «No me pongas flores de plástico, no me pongas libros». O de sus comienzos con Cristiano cuando todavía trabajaba en Gucci: «Yo llegaba en autobús y me iba en Bugatti». O «lo mejor de viajar en el jet de Cris es la tripulación. Sin el jet, si tuviera que estar tanto tiempo en el aeropuerto, preferiría no viajar». Y «lo que me más me gusta de ir en yate…».

El yate era en Mónaco. Fue al box de Ferrari y, además de a Elkan le presentaron a Beatrice Borromeo. Y «al príncipe». Se hizo un lío con los Casiraghi. «Y yo de Jaca, sin puta idea de nada». A Bertha no le habría pasado no saber quién es un príncipe o quién es la gente bien de toda la vida en el Nueva York de 1880.

Lo mejor, siendo una patochada de documental, es que ella es de lo más normal, sin afectación, aunque diga «el atelier de Jean Paul [Gaultier] es un espacio completamente lleno de arte». Pero no se llega a hacer un Mar Segura. Jean Paul no ha ido porque es su cumpleaños. «Anda, si lo llego saber le traigo algo, jamón, que tengo en el avión». Y a los niños cuando se va de viaje: «Ya vuelvo, voy a por un huevo Kindle».

El entretenimiento me parece el mismo en ‘Soy Georgina’ y en ‘La edad dorada’. «Me gusta comer y eso me une mucho con las personas», dice Georgina. O «A veces digo, jolín qué feliz soy». Y la pobre Bertha, una amargada.