«La isla de las tentaciones»: ¿por qué nos hemos enganchado?

Su planteamiento se antojaba sencillo. Cinco parejas , entre las que hay tres viejas conocidas de la factoría de Mediaset, viajaban hasta una paradisíaca estancia de República Dominicana. Allí estarán «tentados» (de ahí el nombre del programa) por unos cuantos exuberantes solteros y solteras que han cruzado el charco para disfrutar de unas vacaciones de súper-lujo pagadas. Eso sí, con un único objetivo: poner a prueba las relaciones sentimentales de los dúos.

Aunque el formato lleva poco más de una semana en antena, ya tiene más tramas abiertas que cualquier escaleta de «Sálvame» . Podría engañaros y decir que el secreto del éxito de este formato reside en la calidad e ingenio del mismo (ya qe se trata de una adaptación de otra adaptación de «Temptation Island»). Pero lo cierto es que tiene las dos claves que le han proporcionado su alcance son el casting , variado y acertado, y la gestión del contenido por parte de Cuarzo, la productora del reality.

Llevamos una semana esperando ver cómo Christofer se arranca el micrófono y huye hacia la playa en un intento de llegar hasta la otra villa de «La isla de las tentaciones» mientras grita «¡Estefania!». Su novia fue la primera en caer en las redes de uno de los solteros de la isla. «Me gusta verte reír, independientemente de que me atraigas o no. Porque es una cosa que tú necesitabas», le dijo Rubén a Fani. Es la forma más sutil de decirle a alguien que estaba «regalado».

De todos los pretendientes, al que menos me creo es justo a Rubén, pero su actuación ha conseguido unir a toda España. Los espectadores de «La isla de las tentaciones» creíamos que queríamos ver cómo los concursantes con pareja pecaban. Sin embargo, lo que realmente deseamos ver es cómo Christofer se enfrenta a Fani y cómo resurge de sus cenizas, porque estoy convencido de que lo va a hacer. Y si no lo hace, siempre le quedará hacerse amigo de Omar Montes , quien tiene experiencia en eso de tu pareja se bese con otro delante de toda España.