Wes Anderson: «Nadie debería retocar la obra de un artista muerto»
El director habla con ABC sobre su estreno 'La maravillosa historia de Henry Sugar', una adaptación de las obras de Roald Dahl
El Festival de Cine de Venecia premia a Wes Anderson por su «estilo inconfundible»

Wes Anderson estrena el 27 de septiembre 'La maravillosa historia de Henry Sugar', su segunda película del año y su última adaptación del autor infantil británico Roald Dahl, después de llevar al cine 'Fantastic Mr. Fox' en 2010. El cortometraje de 40 minutos se presentó en el Festival de Venecia fuera de competencia. De hecho, el cineasta norteamericano no había estrenado una película en el certamen italiano desde hacía 16 años. Es un cortometraje ágil e ingenioso basado en la historia de un hombre rico que oye hablar de un gurú que puede ver sin abrir los ojos y decide aprender su técnica para hacer trampas en el juego.
El extraño concepto de Henry Sugar lo desarrolla Anderson de una forma en la que las reacciones de los personajes se van describiendo casi al mismo tiempo. 'El maravilloso mundo de Henry Sugar' es una adaptación de la colección de siete cuentos de Dahl titulada 'El maravilloso mundo de Henry Sugar y seis más', con varios cuentos que se irán estrenando en Netflix de forma consecutiva durante la próxima semana.
—¿Por qué decidió rodar varios cortos sobre la obra de Roald Dahl?
—Admiro la obra del autor y tenía un guion que escribí con tres personajes totalmente lineales y nada tradicional porque es muy extraño, pero sencillo. Lo importante era la estructura. Quería contar una historia en la que los personajes interpretan las escenas y al mismo tiempo las describen. El texto del libro de Dahl constituye la mayor parte del guion.
—¿Qué opina de la decisión de la editorial británica Penguin Books de contratar 'lectores sensibles' para eliminar pasajes del canon de Dahl que hoy no se consideran políticamente correctos?
—Soy la peor persona para responder esta pregunta, porque yo te diría: ¿debería permitirse retocar uno de los cuadros de Renoir y modificarlo? En mi opinión, no. Ya está hecho. Alguien decidió que debía corregirse y entiendo la motivación, pero soy de una escuela que entiende que cuando el trabajo está terminado y el público participa ya no le pertenece al artista. Y, por supuesto, alguien que no es el autor no debería modificar sus libros. ¡Él está muerto!
—¿Va a seguir llevando al cine la obra de Dahl?
—No. Creo que he terminado con él por un tiempo. Ahora tengo otros autores en mente porque estoy preparando mi próximo proyecto. Tengo algunas cosas en preparación, pero nada relacionado con Dahl por el momento.
—¿Por qué le inspira tanto este autor?
— Me interesa tanto el contenido como la forma en que Dahl cuenta la historia. Si hago una película usando sus palabras, sus descripciones, tal vez sepa cómo hacerlo bien. Estoy muy agradecido a su familia por permitirme adaptar sus relatos. Fui yo quien propuso adaptar cuatro de los cuentos de Dahl de una manera audaz e impredecible: con el elenco recitando las palabras del autor directamente al público mientras las representaban, y las piezas entraban y salían como en una obra de teatro.
—Es esta su carta de amor al cine...
—Es una carta de amor al cine, al teatro y a la experiencia de compartir. La película son los actores. Yo dirijo, pero el resto es una improvisación de las emociones creadas por los actores y por Dahl.
—¿Ha pensado cómo va a ser recibida por el público?
—Cuando haces una película, no puedes evitar prestar atención a cómo se recibe, porque esperas que salga bien. Todas mis películas reciben reacciones diferentes que, al mismo tiempo, tienen vidas diferentes. Unas desaparecen por su cuenta y otras no.
—¿Le molesta la atención que está provocando su estética en las redes sociales?
—No. Supongo que forma parte de una tendencia. Yo no uso las redes sociales y no he visto esos vídeos.
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