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«Rompan todo»: Una brevísima historia del rock latinoamericano

Picky Telerico dirige la nueva serie documental de Netflix

Gustavo Cerati en vivo en 1984 Netflix

Ernesto Rodriguez

Se dice que la música es el idioma universal. Es cierto, pero, como en cualquier idioma, el contexto termina creando códigos y expresiones propias. Por eso la música hecha en España no suena igual a la hecha en Argentina y, claro, el rock hecho al sur de México no podía sonar igual al del mundo anglosajón. Sobre ese principio se construye la serie documental «Rompan Todo» con la que Netflix viaja al ritmo de las guitarras desde la Patagonia a la frontera la frontera con EE.UU..

Dirigido por Picky Talarico , director de vídeos musicales que se ha transformado aquí en cronista de la música del continente, y producido por Gustavo Santaolalla , líder del grupo Bajofondo y productor clave en la música latinoamericana que ha firmado desde los controles trabajos de Café Tacvba, Julieta Venegas, Jorge Drexler y Molotov , junto al cineasta argentino Nicolás Entel , el documental es una buena introducción al fenómeno rockero en América Latina.

«Netflix venía del "Making a murderer" y buscaban un proyecto grande para Latinoamérica, que funcionara no solo en un país si no en toda la región. Yo empecé a hablar con Picky y a escribir un tratamiento», cuenta Entel, que ya había dirigido los documentales «Pecados de mi padre» y «Orquesta típica» .

La lista de entrevistados está llena de leyendas. Nombres como Andrés Calamaro, Charly García, Cheo Hurtado ( guitarrista de Los Amigos Invisibles), Fito Páez, Julieta Venegas, Fher Olvera (vocalista de Maná ), así como los españoles Santiago Auserón (Radio futura) y Pablo Carbonell ( Los toreros muertos) . Cada uno de ellos narra a su modo la evolución del rock en el continente desde los sesenta cuando se copiaban los temas de grupos como The Beatles y los Rolling Stones , pasando por sus enfrentamientos con las dictaduras militares de Argentina y Chile o el peso que tuvo durante los tantos movimientos de protestas de México.

El documental es también un argumento a favor de la necesidad de adaptar la música a su entorno. Durante sus seis episodios que repasan al mismo tiempo la historia del continente y la de su música, se marca la importancia que tuvo adaptar sus sonidos y las letras a sus diferentes ambientes. Desde los juegos con la salsa de Los Fabulosos Cadillacs , las letras punk con sonidos del new wave de Los Prisioneros o incluso la importancia que tuvo para la difusión del sonido el éxito de Maná y de Soda Stereo .

Los protagonistas cuentan su historia

La decisión que define todo el proyecto es la de permitir que los músicos fuesen los narradores de su propia historia. «Queríamos narrar la historia como ellos la vivieron, la visión que los artistas tuvieron de cada momento» , dice Talarico .

Así es el propio Calamaro el que cuenta su experiencia llegando a Madrid, Gustavo Santaolalla el que explica por qué en Arco Iris (su primer grupo) eran abstemios y de donde sale el sonido de Bajofondo . También hay historias de primera mano de eventos como el concierto de Avándaro, al que Alejandro Lora de El Tri se refiere como el «Woodstock mexicano» o del efecto que la dictadura chilena y la guerra de las Malvinas dejaron en los músicos.

Esta decisión también termina marcando los países que protagonizan el relato. Aunque hay voces de otras zonas del continente hay un hincapié en especial sobre Argentina, México y Chile, con Colombia ganando algo más de peso en los últimos episodios. «Buscamos artistas que hubiesen estado en diálogo entre ellos», comenta Entel , quien revela que entrevistaron músicos de Panamá y Ecuador, pero que fue complicado que encajaran en su rompecabezas «había países que funcionaron casi como una isla», confiesa.

La excepción es el norteamericano David Byrne . El cantautor y ex-vocalista de los Talking Heads sirve para contextualizar las mezclas de sonidos que estaban ocurriendo al sur de la frontera estadounidense. «David siempre ha tenido un ojo en Latinoamérica, además tiene una memoria magnifica. Te puede hablar de los discos de Café Tacvba cómo te puede separar todo el árbol genealógico de la familia Spinetta», cuenta Talarico

Un mensaje de serivicio público (con guitarras)

El principal acierto de la nueva apuesta de Netflix es explicar cómo el sonido del rock latino fue cambiando a medida que se transformaba su contexto, y termina contando la historia del continente a la par que la de sus musicos. En algún momento durante los primeros episodios Enrique Chalar, vocalistas de Los Violadore s, narra cómo tras interpretar su tema «Represión» en un concierto fue detenido con la policía argentina que amenazó con hacerlo desaparecer a él y al resto de su banda, «no se puede ser más punk que eso», cuenta entre risas a la cámara.

Es uno de los tantos relatos sobre hacer música en dictadura. Estos incluyen la migración forzosa que tuvieron que asumir figuras como el propio Santaolalla hasta la tortura y el asesinato a manos de las fuerzas de Pinochet del cantautor chileno Víctor Jara . «Le cortaron las manos, el mensaje es que podían hacer lo que quisieran, que no tenían límite», cuenta indignado Jorge Gónzales vocalista de Los Prisioneros .

«En ese momento el rock se vio perseguido, las dictaduras y los policías iban a cerrar los conciertos y agarraban 20; 30 o 50 chicos y se lo llevaban presos. En los sesenta hubo un rompimiento de la cultura de los jóvenes con la de los adultos y el rock fue su expresión», sentencia Entel .

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