«Fariña», la novela secuestrada, llega a Antena 3: «Se tardó más en hablar de ETA que del narcotráfico»

—No, porque el exalcalde de O Grove no sale en la serie, pero siempre que tratas historias basadas en hechos reales tienes ese miedo a que los protagonistas denuncien o reclamen.

—Ha habido algún vistazo sobre el hombro para saber. Y una anécdota: a un actor se le acercó un desconocido en el rodaje y le dijo: «Hazme honor».

—Sí, pero la ley no justifica el delito, aunque sí hace que el delincuente encuentre justificación. Pero también había que hacer algo, porque se estaba creando una infraestructura mafiosa.

—Sí puede empatizar con los sueños de unos personajes, aunque luego se va a encontrar con que esos sueños se convierten en pesadillas.

—Nuestros narcos son de dominó, no de metralleta. Están alrededor de una mesa, casi no hay pistolas ni asesinatos y las muertes llegan cuando empiezan a trabajar con colombianos. Sabían que eran diez y no podían crear una guerra entre ellos. En Galicia no había una organización como tal. Nacho Carretero decía que si llegan a ponerse de acuerdo podrían haber creado una pequeña Sicilia, pero nunca se sintieron parte de una organización criminal. Son gente de a pie se dedicaba a esto, pero cuando llegaban a casa seguían siendo gente de aldea.