Enrique Arce: «Nunca sabes a qué edad te puede llegar el éxito»

En televisión, el pasado día 22 HBO Max estrenó la segunda temporada de 'The Head' , coproducción internacional creada por Ram Tellem ('Homeland') y dirigida por Jorge Dorado , en la que también participa el intérprete español Hovik Keuchkerian ('Antidisturbios'). Ambos trabajan como marineros a bordo del Alexandria, un buque descomunal que sucede como escenario a la estación Polaris de la primera temporada. De la soledad polar pasamos al no más concurrido Punto Nemo, en medio del Océano Pacífico, a 1.600 kilómetros de la tierra más cercana.

Hovik y Enrique dan vida a dos hermanos que mantienen una relación muy peculiar, que el segundo compara con la de John Malkovich y Gary Sinise en 'De ratones y hombres'. «Es un homenaje precioso, no una copia», asegura Arce. «Mi personaje, Óscar, se lleva a Charlie al barco por un motivo que luego se verá y se dedica a hacer su faena mientras intenta protegerlo siempre. Es una relación muy bonita dentro de una serie muy coral», un thriller de trasfondo ecológico relacionado con el cambio climático.

Arce da fe de lo difícil que es rodar en un buque oceánico cisterna de 144 metros de eslora: «Fue muy complicado. El escenario era cojonudo, porque era un barco de verdad, pero las temperaturas eran muy elevadas y el ruido ensordecedor. Tenías que ir con cascos todo el rato para no perder audición. La ventaja a la hora de actuar es que la angustia ya estaba ahí, era real».

El director, Jorge Dorado, cuenta que la primera temporada rendía tributo a John Carpenter y 'La cosa', mientras que esta vez quiso dar un pequeño salto atrás, a la película de Alfred Hitchcock 'Náufragos', a la que también se rinde homenaje explícito en la serie. Otras referencias citadas por Dorado son 'El resplandor, de Stanley Kubrick , y 'Alien” de Ridley Scott .

Pueden parecer modelos demasiado ambiciosos, pero para Enrique Arce son referencias «muy acertadas». «Va por ahí la historia. Tiene esa pretensión y creo que lo consigue. El espectador se agarrará a la silla y empalmará episodios. Deja ese regusto de película de género de acción y misterio».

La propia producción ha subido un peldaño y se nota que los medios son elevados: «Lo son», confirma el actor español. « John Lynch –el capitán y protagonista– me dijo que era todo mejor que en la primera temporada. Esto es mucho más grande y él estaba muy contento».

Hay más diferencias con el primer curso: «La primera temporada es fantástica, pero tenía menos aire. Estaba todo muy concentrado en el interior. Salían poco de la estación en Islandia. Aquí tienes mucho más aire, dentro y fuera del barco. Creo que le han dado más vuelo, para que la historia respire más».

No especialmente. A pesar de juntarnos como cinco o seis nacionalidades distintas, nos llevábamos todos muy bien. En Tenerife, salíamos juntos a comer y a la piscina. Parecíamos un Anuncio de Benetton. Estábamos todos muy involucrados.

Es una evolución natural. Muchos actores venimos de pequeñas compañías o escuelas de teatro. A mí me encanta, pero también me gustan mucho, y ahora más, el cine y la televisión. El teatro lo amaré siempre, claro.

Tengo unos padres maravillosos. Un día dije: 'Papá, dejo Derecho'. Me faltaban tres asignaturas para acabar, pero sabía que no iba a dedicarme nunca. Mis padres me apoyaron y me lo pagaron. Me fui con 21 años y nueve meses y estuve hasta los 25.

Aunque suene a tópico, hay como una vocecita interior, una guía o una brújula que te dice si vas bien. Pueden venir momentos malos o buenos, pero sabes que no te has equivocado de sitio, que es tu lugar. Lo sentí así desde el principio. Nunca me planteé hacer otra cosa.

Yo he tenido suerte, porque quise hacer ambas cosas y empecé con obras como ‘La vida es sueño’ y Shakespeare, pero me gusta igual 'La casa de papel'. No intento ponerme exquisito y un poco como pedante. Para mí es lo mismo.

Es inevitable asumir lo que te toca. No es malo. Uno cumple años y puedes triunfar a los 20, a los 40 o a los 70. Nunca sabes a qué edad te puede llegar el éxito. Me alegro de que a mí me haya llegado cuando lo ha hecho.

No era un malo al uso. Era detestable, eso sí, pero para mis compañeros era el personaje favorito, porque tenía más aristas que otros. Lo disfruté a tope.

Es una evolución natural. Había hecho incursiones más pequeñas en el cine internacional y lo vas normalizando. La película más grande es quizá la última, con Jennifer Aniston y Adam Sandler. Se estrenará en marzo. Ahí, con un papel grande, me di cuenta del salto que había dado.

Es la idea. Uno quiere progresar, hacer proyectos más grandes, mejores. Por ahora han surgido buenos títulos y me ha ido muy bien, pero no tengo un plan. Me dejo ir.