'¡Salta!', un elogio de la familia y la amistad en tiempos de soledad

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Antonio Albert

El actor y director, que ha estrenado la comedia 'Vacaciones de verano', nos recuerda sus veranos de mar y playa cuando era niño y nos habla de su familia, de la que no se separa ni para hacer sus películas

«Mi personaje es un liante. Es un niño que se mete en muchos problemas y no aprende hasta que le echan la bronca», explica con gracia Mario Santos que interpreta a Teo y que a pesar de su corta edad ya ha participado en varias producciones. «No piensa, ¿sabes? Le dices, tírate por un puente al agua y se tira. Actúa y después piensa, pero es muy divertido». Óscar, su hermano en la ficción, lo interpreta Rubén Fulgencio, otro veterano en el cine. «Mi personaje es más responsable, lo piensa todo más», asegura. La desaparición de su madre marcó un antes y un después en la vida de ambos y en más de una ocasión, los hermanos se enfrentan a escenas complejas y con gran carga emocional. «Una de las escenas más difíciles fue un momento donde tenía que llorar mucho. Fue lo que más me costó. Pero luego el resto del rodaje se me ha hecho muy fácil», añade Rubén.

«A los que más les va a tocar la patata es a la gente que vivió los 80, pero la idea fue hacerla para que puedan ir acompañados de sus hijos y que ninguno lo pase mal viéndolo. Que los niños disfruten viéndola porque hay una parte de la película que es para ellos y que los padres puedan hacer la lectura en distintas capas», asegura su directora Olga Osorio. Las aventuras de los hermanos se ponen en contraste con el complejo entorno que les rodea y la historia que viven «Se puede generar un diálogo chulo al final de la película. A lo mejor tus abuelos han tenido una vida que tú no puedes ni imaginar. Creo que puede generar un diálogo bonito en casa».

Frente a la vida urbanita de las grandes ciudades, Olga Osorio propone el Barrio de las flores La Coruña. Allí sucede algo extraordinario y todo lo viven los protagonistas ocurre entre los pequeños negocios y sencillos hogares del barrio. En el corto inicial la directora ya presentaba este barrio y ahora lo hace a lo grande. Crecer en el barrio de las flores es un barrio no es crecer en un barrio cualquiera. Los amigos de Tamar Novas, el actor que interpreta a un Óscar ya adulto, nacieron allí. Se trata de un vídeo sencillo y humilde. «La película te permite observar vidas pequeñas y que eso te resulte fascinante. Un barrio de toda la vida, pero fascinante. Yo creo que esa mirada de mirar todo con fascinación es una cosa que también nos toca a nosotros que nos dedicamos a algo creativo y que tiene que ver con transmitirlo a los demás», indica.

La historia ya es de por sí compleja y se mueve entre saltos temporales e idas y venidas, pero el ecosistema es simple porque en realidad habla de algo sencillo: el amor y la familia. «Olga escoge este espacio sencillo porque ella es sencilla. No tiene mucho sentido complicar las cosas porque habla de cosas tan naturales como las relaciones entre las personas y el amor», indica Marta Nieto que interpreta a otra de los personajes que sufren este vaivén temporal. «Ha sido muy placentero interpretar a una mujer sin conflicto aparente. Ella está en paz, incluso con sus errores o con su separación y es una mujer al servicio de la trama de Óscar. Creo que formar parte de algo desde un lugar luminoso a mí me reconcilia con lo importante también», añade.

La película es una llamada a reconocer el regalo de la familia y los amigos para enfrentarse a cualquier adversidad. «Creo que el capitalismo, los intereses económicos y también políticos están creando una sociedad muy atomizada de individuos muy aislados y muy solitarios», asegura la directora. Osorio lo detecta en las clases con sus alumnos. La soledad impregna todo su entorno. «La gente está hiperconectada, pero al mismo tiempo muy aislada y muy sola. Las sociedades más avanzadas, los suecos, los nórdicos, que son un ejemplo en muchas cosas, han tenido un problema muy serio de aislamiento muy bestia», reconoce la directora. Por eso su película es un elogio al vivir acompañado. Y en más de una escena, los personajes reconocen el bien que es el otro para el momento vital que experimentan. «Estamos en una sociedad que nos obliga todo el rato a estar triunfando y a ser los mejores e igual creo que tenemos que empezar a pensar si esto nos beneficia o no», añade.