La taquilla del cine español en 2024 se estanca con menos de 13 millones de entradas vendidas, la peor cifra en una década

Desde que la normalidad volvió a nuestras vidas, la caída de la taquilla del cine español ha sido lenta pero constante, y la perspectiva de los 100 millones como media parece lejana, difícil. Ni los baluartes del cine de autor funcionan, como se ha visto este año con Pedro Almodóvar, que en 2019 con 'Dolor y gloria' llevó al cine a casi un millón de españoles para acumular 5.668.113 euros. En 2024, con 'La habitación de al lado', y pese a contar con dos estrellas internacionales como son Julianne Moore y Tilda Swinton, apenas vende 395.007 entradas, según datos del ICAA, para un total de 2.425.071 euros.

Las producciones de «clase media» resisten, también las pequeñas que llevan a unas 10.000 personas a las salas. Ahí, con mayor o menor consistencia, las cifras se mantienen estables desde el año 2002, temporada desde la que el ICAA publica sus informes completos. Entre 20 y 25 producciones al año alcanzan el millón de euros facturados. Y si nos vamos a los espectadores, entre 60 y 70 películas cada año venden 10.000 entradas. La diferencia con los años previos a la pandemia (2021 y 2022 se descuentan porque los cines estaban cerrados y la gente, con miedo)es que faltan grandes éxitos, películas de esas que puedan competir en la cartelera contra las propuestas americanas. En los últimos años, de no ser por Santiago Segura, Javier Fesser y algo de animación, el cine industrial se hubiera hundido.

De hecho, este 2024 'Padre no hay más que uno 4' ha vuelto a liderar la taquilla. Es la única película española que supera los diez millones recaudados (13.442.979). En 2023, ese honor fue para 'CampeoneX', de Fesser, con 11.701.717; y en 2022, de nuevo para 'Padre no hay más que uno 3', con 15.606.842 euros. Ese año también superó los 10 millones 'Tadeo Jones 3. La tabla esmeralda'. Son 'raras avis' estos últimos años. En total, en los últimos tres años solo cuatro películas han hecho más de diez millones; en 2019, cuatro títulos lo lograron (encabezados, de nuevo, por la primera entrega de la franquicia de Santiago Segura). Solo con esa falta de 'superéxitos' se justifica la caída acumulada.

Aunque los exhibidores se quejan de que el precio de las entradas apenas ha aumentado en la última década (pese a la subida del IVA), donde más se nota la caída del cine español no es en la recaudación sino en las ventas. Esto es, en la asistencia de público. Lo recaudado se maquilla con el ligero aumento de precio, pero el número de espectadores no sufre la inflación. Y eventos como 'La fiesta del cine', aunque necesarios, no disparan la taquilla anual.

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Así, el cine español bordeará este año las 13 millones de entradas vendidas (a 22 de diciembre sumaba 12.757.573, de las cuales 224.000 se compraron entre el 15 y el 22), lo que lo sitúa como el peor año desde 2013 (el año horrible del cine español) y, salvo milagro de la recién estrenada 'Sin instrucciones', que no lo parece, será el peor de la década si descontamos los trágicos años de la pandemia, que aunque ya sean historia del cine español condicionan el presente. Veremos si en el futuro hay soluciones.