Vuelve el «luces, cámara y acción» al cine español
La industria audiovisual retoma la actividad tras el parón con nuevas medidas sanitarias para proteger a técnicos y actores
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Iniciar sesiónUn rodaje es un baile con coreografía pero sin música en el que, paradójicamente, todo se detiene cuando el director grita ¡acción! Ahí el tiempo se congela para las docenas de técnicos y asistentes que aguantan la respiración mientras los actores lucen bajo ... los focos. Solo los protagonistas parecen existir en ese interludio que dura hasta que se escucha de nuevo ¡corten! Porque un rodaje lo componen en realidad esa lista infinita de nombres minúsculos que se suceden en los créditos. Da igual que la película sea bélica o un drama intimista, siempre hay más gente y ruido detrás de las cámaras que frente a ellas. Al menos hasta ahora. El miedo al coronavirus ha cambiado el ritmo en el que se mueven los platós.
« En el set estábamos los menos posibles: los cámaras, el director y mi compañero Félix Gómez », cuenta Elena Furiase, que rodó la primera semana de junio «Vampus Horror Tales», quizá la primera película española que se termina tras la pandemia. «Ojalá hubiera más rodajes así: tuvimos más silencios, fue más fácil, más rápido… Se crea un clima más real, más íntimo. Normalmente en un equipo están el ayudante, el ayudante del ayudante, el asistente… Aquí, para cumplir con las normas y que hubiera más seguridad, en el set solo entraba uno por departamento. Fue una especie de familia», apunta la actriz, que ha encontrado más ventajas que inconvenientes en su vuelta a los rodajes.
Más escéptico se muestra Ignasi Estapé, productor de Arcadia, que está a punto de concluir el rodaje de «Todas las lunas» después de que el decreto de alarma les cortara los planes. « A los actores les ayuda tener menos gente a su alrededor, pero para los técnicos y equipos de arte es todo más difícil ahora », destaca, mientras cuenta aliviado que, por suerte, la escena más compleja del cuento de brujas en los bosques vascos que es su película la pudieron rodar el viernes 13 de marzo. «Ese día teníamos muchos extras y efectos especiales complicados, y sabíamos que sí o sí lo teníamos que terminar porque después nos iban a parar. Lo hicimos como un sprint final».
Tres meses después, esa escena sería imposible de hacer. Las recomendaciones recogidas en la «Guía de buenas prácticas» que elaboró el ICAA junto con las principales asociaciones de productores han cambiado las formas de trabajo en los sets. En realidad, no hay nada en la guía que se escape a la lógica a la que se ha adaptado cualquier empresa en la era del coronavirus: desinfección de zonas comunes, distancia social, equipos reducidos, trabajar con mascarilla, gel desinfectante cada rato… Solo una diferencia: un nivel adicional de protección para los actores, considerados «insustituibles» puesto que de su salud depende mantener la producción en marcha.
Más gastos
Unas medidas que aumentan los costes en una actividad donde los presupuestos están ajustados cual corsé. «Hay producciones con dobles equipos que han tenido que crear una tercera unidad para no parar», cuenta la abogada Mabel Klimt , especialista en Derecho del Entretenimiento. «Son costes que no estaban previstos y que obligan a renegociar muchos contratos», apunta la autora de un informe de su despacho, Elzaburu, que habla de que el sobrecoste en los rodajes irá del 5 al 10 por ciento por las medidas Covid y que afectará con mayor virulencia a las producciones pequeñas. Sin embargo, no cree que haya riesgo de un parón en la industria: «Las plataformas están demandando mucho contenido. Estábamos en un momento dulce y no parece que se vaya a perder esa plena actividad. Es un sector muy singular que buscará soluciones sobre la marcha ».
Soluciones que buscan paliar un problema que atemorizó al sector durante la pandemia y que sigue sin resolverse: los seguros. Ninguna póliza cubre un parón por un contagio. « Sin seguro, nadie se va a atrever a rodar », dice a ABC Álvaro Longoria, presidente del club de productores europeos. «Es un desafío que tenemos que solventar. A ver si hay un giro de las compañías de seguro, o reaseguros a través de la administración...», responde Mabel Klimt, que considera que los productores se la juegan «a pecho descubierto».
«Fijamos una normativa que dé tranquilidad a los actores y técnicos más sensibles», insiste la abogada. Por eso Elena Furiase tuvo que rodar una escena de boda sin invitados ni beso (los «extras» son hoy un «elemento de riesgo»). O se tenía que poner gel antes de cada toma sin quitarse el vestido blanco. O le maquillaba gente tapada hasta las cejas, literalmente. Sin embargo, esas medidas y el parón también ayudaron al director de «Vampus horror tales» a repensar todo: «A este rodaje en particular le ha venido bien parar porque nos ha servido para replantearlo» -destaca Manuel M. Velasco-. «El primer día fue raro, con menos personas en el rodaje de lo habitual, desdoblando trabajo, con los actores moviendo los muebles para que no entrara más gente al set… Pero al final te acostumbras y es un placer quitarse la mascarilla al final de la jornada », apunta el cineasta y dramaturgo.
También Ignasi Estapé se esfuerza por ver el lado positivo «de esta cosa marciana que nos ha pasado». « De cara al futuro se optimizarán cosas a las que no le dábamos importancia, como la gente en un set. Pero no es la forma óptima de trabajar . Por suerte, los equipos han entendido lo que nos jugábamos y han sido muy rigurosos pese a trabajar jornadas de nueve horas con mascarilla», apunta el productor.
Volver a la actividad
De los más de trescientos rodajes que se congelaron el 14 de marzo, muchos no han podido volver. «Es difícil hacer la estadística ahora, pero lo estamos evaluando porque la vuelta a la normalidad no es solo volver a donde se paró, sino rehacer muchas cosas: agenda de actores y equipos, reelaborar presupuestos, solucionar los seguros… Es volver a hacer un proceso de preproducción en la mayoría de los casos», cuenta al teléfono Carlos Rosado, presidente de la Spain Film Commission . Eso sí, de momento, los rodajes internacionales, uno de los motores económicos de comunidades como Canarias, no han podido regresar a España. «Creo que lo previsible, por las conversaciones, será que empiecen a venir en otoño, pero la primera gran producción de Hollywood no será hasta 2021», augura Rosado.
Entre los rodajes patrios que volverán a poner a bailar a sus equipos y protagonistas están «La hija», de Manuel Martín Cuenca, o «La abuela», de Paco Plaza… Todo para volver a ver en la gran pantalla los besos, abrazos y encuentros que la pandemia nos robó.
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