San Sebastián vuelve a la acción para celebrar 70 años de amor al cine

Con ese mar de fondo –de la fotografía– posarán ilustres como Juliette Binoche o David Cronenberg , que recogerán el premio Donostia a una carrera todavía en construcción, como demuestra que la francesa llega aquí con dos títulos –‘Fuego’ y ‘Winter Boy’– y el canadiense con ‘Crímenes del futuro’, con la que compitió en Cannes dentro de su habitual gusto por incordiar al espectador.

A toda prisa aterrizará también Olivia Wilde , cuya aventura con Harry Styles en el rodaje de ‘No te preocupes, querida’ lleva alimentando las revistas desde hace semanas. En San Sebastián deberá lidiar con la prensa internacional que viene persiguiéndola y que, con el billete pagado, aprovechará para entrevistar a otra estrella de Hollywood, aunque nacida en Alcobendas: Penélope Cruz , que recoge mañana el premio Nacional de Cinematografía mientras presenta su último filme, ‘En los márgenes’, donde vuelve a sus orígenes –interpreta a una mujer de la periferia madrileña– en un drama social que dirige Juan Diego Botto.

De esta orilla del charco, pero con una filmografía forjada al otro lado, Diane Kruger reaparece en San Sebastián para demostrar que se ha consolidado como una actriz «de autor». La alemana clausura el sábado 24 el certamen con un thriller de los años 30 que dirige Neil Jordan, ‘Marlowe’. Debía ser la última película que Glenn Close vería como presidenta del jurado antes de anunciar el Palmarés, pero la veterana intérprete canceló el martes su presencia por una urgencia familiar grave.

Hasta ese día, cuando la entrega de la Concha de Oro clausure diez días de carreras, alfombras rojas, autógrafos, entrevistas y fiestas que encajar entre las cerca de 400 proyecciones programadas, las ‘suites’ del magno hotel María Cristina estarán atestadas de asesores, maquilladores y demás servicio para atender a las estrellas. También volverá el cartel de ‘no hay entradas’ al imponente teatro Victoria Eugenia , donde se programan las películas más esperadas, que al final es de lo que se trata: de cine.

Habrá películas para todos los gustos. La Sección oficial que el director del festival, José Luis Rebordinos , ha entregado al jurado se equilibra entre nuevos talentos –liderados por los españoles Mikel Gurrea y Pilar Palomero, a los que se unen Marian Mathias o Laura Mora–, consolidados directores –Christophe Honoré, Sebastián Lelio, Hong Sang-soo, y los españoles Fernando Franco y Jaime Rosales– e incógnitas por resolver como Petr Vaclav, Wang Chao o Manuel Abramovich, cuyas películas anteriores apenas se vieron en las pantallas españolas.

En la categoría Perlas aparecen esas películas que venden aquí todas sus entradas alumbradas por los nombres en su cartel y por haber pasado por festivales como Cannes o Venecia. ‘Argentina, 1985’, con Ricardo Darín dentro de un traje que resuena al de ‘El secreto de sus ojos’; ‘Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades’, el regreso de Alejandro González Iñárritu siete años después de ganar el Oscar con ‘El renacido’; ‘Los renglones torcidos de Dios’, con Bárbara Lennie capitalizando todos los planos de la adaptación de la novela de Torcuato Luca de Tena, o el habitual de estas latitudes Hirokazu Koreeda con ‘Broker’. Y, quizá, sobre todos ellos, ‘As Bestas’, de Rodrigo Sorogoyen.

La lluvia que ayer amagó y que hoy se espera que caiga con fuerza no puede apagar aún el rojo vivo de la tela que alfombra la ciudad, a la que todavía le quedan diez días del mejor cine del mundo. Al otro lado de la valla, los ‘cazautógrafos’ ya guardan posiciones a las puertas del María Cristina como antes del Covid. Porque esta vez las fotografías saldrán sin las mascarillas, que en esta edición solo se verán en alguna película.

Aunque, en realidad, esa alfombra lleva setenta años demostrando que San Sebastián es algo más que un festival, y que no hay ciudad en el mundo que se vuelque con la intensidad que lo hace este rincón.