El espacio iberoamericano: ¿Una oportunidad de oro para el cine en español?

«Hay una necesidad de convertir al mundo iberoamericano en un espacio único», afirmó nada más empezar Paco Ramos, que destacó la labor de EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores) en esta dirección: «Hay oficinas en Estados Unidos, México, Argentina…». Sin embargo, señaló que en los últimos años el cine español ha perdido presencia en Latinoamérica y viceversa. «Tenemos que convencernos de que la trascendencia que tiene el español como lengua para hacer películas y producción audiovisual en general es muy importante», dijo para rematar. En otras palabras: construir una industria alrededor de un idioma que expande fronteras.

Por su parte, Manuel Gutiérrez Aragón recordó la gran labor que realizó Ibermedia para este objetivo. «Fue un instrumento fantástico para la comunidad audiovisual en español. Y se hizo con muy poco dinero», subrayó el cineasta, que se mostró cauto en sus perspectivas de futuro. «Es evidente que el cine en español tiene una cuota más baja que el anglosajón. Pero nosotros siempre nos estamos midiendo con el cine americano . Ellos usan el sistema métrico decimal y nosotros el sistema cuánto ha recaudado la película americana y cuánto la nuestra», ironizó el director. Después, se esforzó en matizar esa posibilidad de un escenario audiovisual iberoamericano común. «Hay muchas películas mexicanas que llegan mal porque no se entienden. No siempre nos entendemos entre nosotros», destacó.

«Iberoamérica ha sido, y sigue siendo hoy, un pudin de países que regulan su industria para conseguir protegerla de el gran enemigo: el audiovisual estadounidense. En ningún caso se ha intentado una regulación iberoamericana que proteja y fomente el consumo del producto propio », destacó Álvaro Longoria, que definió la industria del cine como «estratégica» y criticó la «ineficiencia» con la que se utiliza el dinero público en este sector. «Las subvenciones son ineficientes, pero sin ellas no existiría la industria audiovisual iberoamericana», defendió.

Antes de finalizar, el debate se dirigió hacia las subvenciones, siempre envueltas en la polémica de la utilidad y la conveniencia. Manuel Gutiérrez Aragón apuntó que, al contrario que lo que la gente piensa, el mundo del cine no es un espacio superprotegido por lo público ni se trata del sector que más ayudas recibe. «Más bien al contrario: hay mucho desinterés hacia él. El problema es que es la industria que más visibilidad tiene», concluyó.