Sobre la ablación y la pasarela
E. R. M.
El trabajo de la directora Sherry Hormann podría ser un inmejorable objeto de estudio en cualquier universidad de cine: cómo convertir una historia real en otra inverosímil. La trágica media vida de la modelo internacional Waris Dirie, nacida entre nómadas del desierto ... somalí y huida a un destino que se preveía atroz, queda enmarcada en esta «Flor del desierto» como si fuera una película de factoría, perdiendo en cierto modo lo que de (anti)natural y genuino tiene su versión de carne y hueso y debiera haber tenido su traspaso a pantalla.
Dicho lo cual, ni siquiera el pastelazo que le mete Hormann a la historia en plena cara es capaz de anular toda la fuerza de su esencia, concentrada en una sola y terrible escena en la que una madre lleva a su pequeña hija ante una matarife armada de incultura y cuchillos para que le haga, sobre la dureza de una piedra, una escabechina de ablación que te hace crujir hasta las uñas...
La cámara recoge, de paso, toda la belleza despoblada de esa parte del cuerno de África, y también la de sus habitantes, y posteriormente la de la también modelo Liya Kebede, que interpreta a la Waris Dirie adulta en su peripecia londinense hasta convertirse en uno de los primeros planos más sugestivos del mundo... Es una película sobre algo espantoso y repelente filmado a grandes bocanadas de belleza. Su amiga londinense, interpretada como si estuviera en una comedia loca por Sally Hawkins, o el fotógrafo que la descubrió, encarnado por un incómodo Timothy Spall, contribuyen a la sensación de incredulidad sobre algo que, sin duda, ocurrió.
Queda, pues, de la película, si no su sutileza y calidad de lenguaje cinematográfico, la terrible voz de esta extraordinaria mujer cuando le contó al mundo los pormenores del terrible y bárbaro ritual a que fue sometida de niña.
Flor del desierto
(( Alemania, Austria, Francia 2009 124 minutos Género- Drama Director-Sherry Hormann Actores-Liya Kebede, Sally Hawkins, Timothy Spall
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