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ABC Cultural

En «Sin vergüenza», Joaquín Oristrell mete cine en una escuela de teatro

Joaquín Oristrell parece pugnar por suceder a Rafael Azcona en el trono de los guiones de cine español. Con unos veintitantos de ellos a cuestas, a partir del de «Esquilache» (1989), en «Sin vergüenza» realiza una arriesgada incursión en el difícil terreno del teatro en el teatro, con su doble función de guionista y director, pero sabe salirse con buen pie y consigue una película notable.

El viejo asunto de las dudas y temores de los actores, tanto con respecto a su valía intrinseca como a las posibilidades de conexión en el circuito profesional que los permita vivir de su viejo arte, ha sido objeto de muchas obras de cine, teatro ... y televisión, desde el «Cómicos» de Bardem a la hollywoodiense «Eva al desnudo».

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