Antonio Banderas: «Soy como el Gato, empecé de secundario y mira dónde estoy»

–¿No le preocupa hacerse la competencia en la cartelera americana?

–Es la historia de mi vida (risas). Es como una metáfora sobre lo que siempre fue mi carrera, porque estoy acostumbrado a ofrecer dos productos completamente distintos a la vez. Personalmente, creo que el cine tiene diferentes propósitos, desde las más ligeras comedias hasta aquellas películas que reflejan la condición y el espíritu del ser humano. Todo lo que vaya en el medio, lo hago con total honestidad y dignidad. No puedo pedirle a alguien como un mecánico, que trabaja duro toda la semana, que vaya a ver «La piel que habito» , porque las personas como él quieren salir al cine con su novia y disfrutar una película que les haga volver a casa con una enorme sonrisa en la cara. Pero también hay gente a la que le encantan historias más complejas.

–¿A nivel personal le gustaría trabajar más seguido en España con Almodóvar, o en Hollywood con superproducciones como ésta?

–Si fuera por Pedro, estaría todo el tiempo en España para hacer solamente sus películas (carcajadas). Pero también entiende mi posición, porque es mi mejor amigo. Tengo que volar y hacer otro estilo de cine. Él es el primero en alegrarse de que haya logrado una carrera diferente a la que tenía en España. Durante estos 21 años que estuvimos separados , tuvimos la oportunidad de volver a trabajar juntos, un par de veces, pero yo estaba comprometido con otras películas y legalmente, no podía dejar esos proyectos de lado.

–¿Se da cuenta que convirtió en estrella a un gato que solo iba a tener un pequeño rol en «Shrek 2»?

–Ni yo lo podía creer cuando me llamaron de DreamWorks hace diez años. El gatito fue el mejor regalo que me dieron en Nueva York, cuando tuvimos la primera sesión de doblaje. Es increíble hasta dónde llegamos: él ya es es una superestrella de Hollywood, y yo me divierto muchísimo a su lado.

–¿En qué se parece su vida a la del Gato con Botas?

–En mucho. Él vino a Hollywood solo para hacer cine, como un actor secundario, y fíjate hasta cómo ha acabado. Ahora es más popular que yo mismo (risas). Personalmente, lo veo como un amigo que conozco muy bien, alguien que me sigue sorprendiendo cada vez que encontramos para él las más diversas historias que atraen a público de diferentes rincones del mundo. No puedo creer lo lejos que hemos llegado. Y ya sabes, cuando yo aterricé en este país, ni siquiera podía hablar el idioma. He mejorado con los años, pero ni en mis sueños más extraños pude haber imaginado que algún día me iban a llamar para poner mi voz en un personaje de dibujos animados.

–¿Para las versiones en español de la película contrataron otros actores locales, como hace Disney?

–No, cuando terminamos con la película en inglés, tuve que hacer otras dos versiones: una para Sudamérica, y la otra para el público castellanoparlante de España. Y también interpreto al personaje en italiano.

–Hace ya 30 años que debutó en el cine, y 20 que emigró a Hollywood. ¿Sigue manteniendo la misma pasión por este trabajo?

–Sin duda. Almodóvar dijo una verdad muy especial sobre este oficio durante su conferencia de prensa en el último Festival de Cannes: «Hacer cine es como convertirte en Dios, ya que creas un universo donde uno es el que establece las reglas, el ritmo y los códigos que vas a seguir». Yo mismo dirigí películas que te hacen pensar muchos sobre esos aspectos. Y Pedro, en especial, viene quebrando las reglas del cine desde sus comienzos.

–Última pregunta. ¿Existe la posibilidad de que alguna vez lo veamos en una misma película con Penélope Cruz y Javier Bardem?

–Hay posibilidades, porque somos actores, y hay gente que contrata actores. La ocasión siempre existe, aunque no sé si va a suceder.

–¿Lo aceptaría?

–Por supuesto que sí, los dos son grandes actores. No lo dudaría.

–¿Y cree que ya se merece un Oscar, como ellos?

–Uy, uy, uy, uy. Mejor me voy. Después de todo, ya me habías hecho la última pregunta, ¿no? (risas).