Sevilla al día
El timo de Alvise
Resulta genial que el que sorteó su sueldo y ha hecho bandera de la austeridad, termine recogiendo los jurdores en maletitas de deporte, rollo old school
Partamos de una base: una cosa es ser joven, y otra es ser tonto. Una cosa es ser un chaval, y otra ser un iluso. Creo que, llegado a cierto punto, sobre todo pasada la mayoría de edad, va siendo hora de que empecemos ... a aplicarnos aquella máxima de no aceptar caramelos de desconocidos, de comenzar a darnos cuenta de que el hombre del saco ya no rapta niños, sino que lleva en el zurrón guita sucia. Y que justo ese tipo es el charlatán que va señalando lo podrido que está todo. Nada más puerco que un roedor que va de pulcro. Nada peor que un embaucador que dice chanelar nuestro mismo idioma para metérnosla doblada.
Hoy te hablo a ti, compadrito, porque ya discutimos sobre ello el junio pasado. Y no, no vengo a echarte en cara nada ni a soltarte ninguna chapa. Es más, comprendo que te lo creyeras, entiendo que te sedujera ese populismo canallita. Al final uno se hace adulto cayendo en timos, desmontando mitos. El desencanto es parte de la madurez, las decepciones son procesos curativos. Y ésta, querido amigo, ha sido rápida.
Al creernos perdidos y vulnerables, nos hemos convertido en el punto de mira de estafadores sin escrúpulos, vendedores de humo de vapper. Pero todo es la misma mentira, el mismo insulto a nuestras capacidades. Personajes que se hacen ricos enseñando cómo hacerse ricos, farsantes que se nutren de la desesperación. Raterillos de las redes sociales, Marios Condes sin gomina y sin lecturas, impostores que, si de verdad tuvieran una fórmula secreta, jamás la compartirían contigo. Todo es la misma trola. Oportunistas que cuentan que vienen a luchar contra la casta y llevan años mendigando alrededor de ella.
Lo único bueno que tienen los embusteros contemporáneos es que son igual de torpes que de desvergonzados. Por eso entre tramposos se venden. Tiene gracia que el que iba a sacar los audios de los chanchullos del establishment, acabe protagonizando unos. Resulta genial que el que sorteó su sueldo y ha hecho bandera de la austeridad, termine recogiendo los jurdores en maletitas de deporte, rollo old school. Es de chiste que al que basaba su programa en construir una cárcel gigantesca, se le esté poniendo cara de recluso. Que el que iba de íntegro se le olvidasen sus mañanas de tentaderos y votase en contra de los toros. Y lo que desde luego es el pináculo de la comedia cañí es que el que iba de listillo, haya sido tan ceporro de dejar todas sus miserias por escrito. Para que tú hoy, mi panita, no tengas otra que quitarte la venda de los ojos. Ahora te dirá que es el sistema y las cloacas, que los valientes no pueden bajarse del barco. Tú pídele que te suelte el brazo, salte del canal de Telegram.
Deja que la ardilla se atragante sola. Se acabó la fiesta, Alvise. Empieza la resaca de Negrita.
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