Sol y sombra

P… stitucional

La Verdad y la Justicia sólo resplandecen cuando es dictada por los magistrados que nombra la izquierda

La instrumentalización del Tribunal Constitucional como una corte de casación trucha, por emplear un término caro al peronismo inspirador, es una tradición española desde la expropiación de Rumasa en el lejano 1983, bendecida in extremis con el voto de calidad de su presidente, Manuel García- ... Pelayo, que enseguida se exilió a Venezuela para enfermar al poco y morir preso de los remordimientos, pues la sentencia favorable al Gobierno obedecía a presiones políticas y contravenía cualquier lógica jurídica: la cocinaron en La Moncloa, cuentas las crónicas de la época, los chefs más refinados del PSOE con, de pinche, algún magistrado afín. Cómo no habrá decaído nuestra calidad democrática para que estos dos encarnen ahora la decencia del socialismo patrio…

Desde entonces, los desfavorecidos por los dictámenes del Alto Tribunal lo apellidan «Prostitucional», hallazgo debido a la lengua viperina de José María Ruiz-Mateos y neologismo gamberro que su actual presidente, Cándido Conde-Pumpido, se empeña en perpetuar. Su intervención blanqueadora en el latrocinio de los ERE ha mosqueado a las magistraturas de la Unión Europea, advertidas por la Audiencia Provincial de Sevilla, y el Supremo medita sentarlo en el banquillo.

Recapitulemos. Il capo della famiglia que saqueó la Junta de Andalucía durante decenios hinchó el pecho, ufano, el pasado verano cuando el Constitucional atendió parcialmente su recurso de amparo, aun admitiendo que los 680 millones de euros distraídos se evaporaron como salivazo en parrilla. «Se ha hecho justicia», proclamó, al conjurarse «una operación política» basada «en acusaciones falsas» para «terminar con el gobierno del PSOE en Andalucía». La aplicación de un sencillo método deductivo tomando estas declaraciones de Manuel Chaves como punto de partida permite fijar con exactitud la idea de justicia que anida hoy en el Partido Sanchista, antes Socialista.

Sostiene Chaves –cualquier parecido con el Pereira de Tabucchi y Marcello Mastroianni es pura coincidencia– que la instructora, los juzgados de primera instancia, la Audiencia Provincial, el TSJA y el Supremo implementaron sobre «acusaciones falsas una operación política» para subvertir la voluntad popular en las elecciones y que sólo se hace Justicia cuando ésta es aplicada por los siete jueces del Constitucional –los cuatro que se opusieron a su exoneración también participan del complot nombrados a propuesta de la izquierda. Ergo, para que la Justicia resplandezca deberán ser apartados de la carrera judicial los togados golpistas (¿qué son, si no, quienes buscan decantar elecciones con juicios amañados basados en bulos?) y suplirlos por aquéllos cuya única motivación es el brillo de la verdad, o sea, los que sean nombrados por el PSOE o por sus aliados. Interesante. Y, por supuesto, que ningún magistrado le eche al asunto un vistazo desde Luxemburgo porque las brumas de las Ardenas nublan el buen juicio.

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