PÁSALO
Con balcones a la calle
Para defender la igualdad hoy es día de calle, bandera y reclamaciones
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Iniciar sesiónEn una especie de bucle melancólico, esta Andalucía nuestra, aviva el rescoldo de aquel lejanísimo cuatro de diciembre que nos echó a la calle por negarnos a ser menos que los demás y que los demás fueran los de siempre. Los que en el juego ... de la política nacional venían ganando en la mesa de los fulleros con los dados cargados de los pactos entre las élites capitalinas, vascas y catalanas. Porque la desigualdad en esta España hija del 78 no es el fruto podrido de nuestro tiempo. Lo de los privilegios históricos apesta. La desigualdad viene de muchos años atrás, de casi dos siglos de aquella restauración que nos condenó a ser colonia de otros dentro de la misma metrópolis. Fue la determinación de una madrastra que nos dejó el hambre y nos quitó el pan. La España camisa blanca de la esperanza, reseca historia para tantos españoles y tropical exuberancia para los que siempre ganaban, es el argumento principal de nuestro bucle melancólico, que, como la malaria, rebrota cada cierto tiempo, para recordarle a la salud de nuestra tierra que está condenada por lo que unos imponen y por lo que nosotros dejamos que nos impongan. Aquel 4 de diciembre del 77 rompimos con el silencio, la subordinación, la sumisión, la obediencia ciega, para gritar desde Almería hasta Huelva, que ya estaba bien. Una bandera blanca, verde y blanca, con Carlos Cano en la memoria sentimental del momento, lideró el camino.
Y en el camino, otra vez, y ya son demasiadas, nos vemos obligados a dejar en claro que no somos menos que nadie y nadie es más que nosotros. Nos vemos obligados a coger la bandera, colgarla del balcón, salir a la calle y demostrar que nunca nos vamos a rendir ni a callar ante las mentiras y felonías de lo que se habla en Madrid y se pacta en Ginebra con un verificador. Situación abominable. Terrible. Porque se le da a Cataluña, no en el universo de lo simbólico, sino de lo real, el valor de acuerdo internacional y de pacto entre iguales. Eso sí que es internacionalizar la tensión imaginada y no llevar a la Comisión Europea la preocupante deriva de una apuesta política que es navajazo de pícaro en el corazón de la igualdad entre españoles. La amnistía y lo que le cuelga es el nuevo brote de malaria que, cada cierto tiempo, amenaza la salud de nuestra tierra. No esperemos nada de quien nos vende e hipoteca el futuro de nuestros hijos. Es muy posible que me equivoque. Pero en el fondo, el autócrata y el prófugo, son iguales, pero en versiones distintas. Entre tramposos anda el juego…
La paloma de Alberti alza el vuelo para no perder más libertad y las hormigoneras de Távora siguen mezclando la fragua de nuestras espinas. Por eso hoy es día de bandera, calle y reclamaciones. Por lo que nos deben y por lo que nos quieren quitar. No nos pueden sacar los colores. Porque Andalucía es verde, blanca y verde y en esa policromía sale, con o sin trenes de cercanía, con o sin financiación, de la conjura de estos necios…
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