TIRO AL AIRE
La culpa es de las empresas que ganan demasiado
La cuestión es que nos quitamos a los corruptos de encima si evitamos que las empresas ganen. Si no obtienen beneficios, no podrán pagar a nadie
Combustión espontánea en el PSOE
Y la presunción de inocencia del juez, ¿qué?
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Iniciar sesiónAsegura Gabriel Rufián que Pedro Sánchez «se ha comprometido a ir a por las empresas corruptoras, en este caso las constructoras, lo que supondría un cambio en el Código Penal». Ya no hace falta que avancemos en instrucciones ni procesos judiciales. La corrupción es ... culpa de las empresas porque son las que pagan las mordidas. A ver a qué tanto revuelo con los nombres de políticos que han podido, pueden y podrán recibir cohechos, cuando podemos ir a la raíz, al origen, a la esencia. La corrupción son las firmas que pagan, que tienen el dinero, que lo enseñan. Todo muy 'torrentiano'. Hasta los protagonistas.
Arde el Gobierno a pesar de sus 22 Ministerios y está claro que debiera existir uno más. Se requiere un Ministerio Anticorrupción. ¿Como la Fiscalía? Sí, pero para perseguir a las malas empresas.
Hemos de reconocer que, atendiendo a la teoría Rufián, este Gobierno algo ha hecho. Subir impuestos siempre ayuda a que una mercantil maneje menos 'cash' para pagar mordidas. Nos sobra la UCO y las grabaciones, la verdadera receta es asfixiar a las compañías. Porque luego los pobres políticos no pueden resistirse ante un puñado de euros.
Y no me vengan con que luego las empresas repercuten los impuestos en sus precios. Si hablamos, por ejemplo, de vivienda, el precio no puede subir más.
La cuestión es que nos quitamos a los corruptos de encima si evitamos que las empresas ganen. Si no obtienen beneficios, no podrán pagar a nadie y fin del problema.
A ver si ahora se va a creer alguien que un político (de izquierdas) puede corromperse por sí solo. No, siempre hay una empresa que llama, que ofrece.
En la batalla del relato, Rufián gira el foco. El político es corruptible, es débil, es humano. La empresa es la serpiente. El político, el niño en la puerta del colegio. La empresa, la que ofrece el caramelo con droga. Así, los Ábalos, Santos y Koldos serían, si acaso, víctimas del sistema. A ellos hay que entenderlos siempre. Como a nosotros, también les hace falta dinero, ¿qué culpa van a tener de aceptarlo si se lo regalan?
Es más, estamos ante el verdadero sistema de redistribución: solo eran unos pobres currantes, muy trabajadores, que con sus sueldos no pudieron pagarse una vivienda digna. Es la coartada perfecta.
Cualquier día nos intentan convencer de que las empresas son de derechas y por eso, los políticos de izquierdas, tan progresistas, desde su buenismo intenso, su alta consideración de lo común y su idea de justicia social, no pudieron reaccionar de otra manera. Porque, ya saben, la corrupción solo puede ser derechas. Por eso la única forma de que ésta no suceda es que no gobierne la derecha. Hay que evitarlo a toda costa porque ellos sí traen corrupción verdadera y no éste sucedáneo en el que un puñado de hombres buenos han sido tentados por el demonio del dinero… de las empresas.
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