TIRO AL AIRE
Combustión espontánea en el PSOE
Al PSOE le ha salido ardiendo el Código Ético y veo a demasiada gente jugando a que no se sabe cómo ha sido
Y la presunción de inocencia del juez, ¿qué?
Este sinvivir
Hay quien cree que los incendios no pueden evitarse, que son fenómenos de la naturaleza incontrolables y que, si acaso, podemos trabajar en extinguirlos. Leo estos días a mucha gente cercana a la izquierda que opina lo mismo sobre la corrupción y el puterismo. Supongo ... que es por ese pensamiento mágico de la resignación como caemos una y otra vez en la misma piedra. No en la de los incendios –ahí España ha aprendido bastante–, sino en la otra que también destroza nuestro hábitat: el abuso de poder, la avaricia y el machismo más insultante y cromañón, con todo el respeto a nuestros antepasados. No hay más que escuchar un par de audios para imaginar a los personajes con dólares en los ojos mientras negocian cómo comprarse unas chicas. Que ellas están dispuestas, se defienden estos clientes. Pero en privado, ¿eh? En público, a ver qué decimos, que somos progresistas.
Por esa doble ética, sabemos que la corrupción y el puterismo son tan evitables como lo son los incendios. Por eso y porque se pueden vigilar para que no sucedan. A poner todos los medios para controlar cualquier conato de incendio hemos aprendido en este país en la última década. A base de palos, sí. Pero como si nos diera buenas cornás la corrupción. Pues, aun así, contra esta, visto como está el PSOE de Sánchez, no hemos aprendido nada.
Cualquier buen plan antincendios que se precie está basado en cuatro patas: prevención, detección, control y extinción. Lo mismo con las corruptelas. Calor y pasto para arder va a haber siempre. Poder y contratos públicos millonarios, también. Lo que hace falta es un buen engranaje de detección temprana, que pasa, qué cosas, por elegir y formar bien a los agentes que cuidan del ecosistema. Lo mismo me da en el campo, en la ciudad, en el partido o en el Gobierno. Lo saben en todas las comunidades autónomas: los incendios se apagan en invierno.
Prevenir y detectar no es fácil, se estará repitiendo a sí mismo Pedro Sánchez en Moncloa. Peor es lamentar. Esto no sabemos si se lo está diciendo alguien al jefe. Eso y que el incendio solo se apagará –y aun así el ambiente quedará arrasado, gris, irrespirable– cuando él se vaya.
Al PSOE le ha salido ardiendo el Código Ético y veo a demasiada gente jugando a que no se sabe cómo ha sido. Combustión espontánea, diríase. Si se volviera a rodar la serie sobre Sánchez en Moncloa esa sería la secuencia inicial. El librito humeando. A su lado, él mismo echa más papel al fuego. Total, es lo que hace con sus cartas. Una de amor –a su mujer–. Otra de desamor –a la oposición–. A ver presidente, ¿cómo va a extinguir alguien su propio fuego acusando a otros de haberlo provocado? Queda claro que a Sánchez se le ha ahumado hasta el espejo y por eso ya no ve lo que éste refleja: hay un pirómano en Moncloa. Y está tocando la lira.
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