el contrapunto
El Gobierno convierte Barajas en una chabola
El presidente de Aena, responsable del aeropuerto nombrado a dedo por Sánchez, es un militante socialista
Sánchez sabotea a Pedro
Ayuso, Almeida y el fenómeno Madrid
La principal puerta de entrada a España, Barajas, ha sido okupada (con k) por medio millar de indigentes y sufre una plaga de chinches que atacan, voraces, a empleados, pasajeros o visitantes ocasionales de unos edificios de lujo, sin parangón en Europa, abiertos al ... público las veinticuatro horas del día y provistos de servicios, calefacción, aire acondicionado y otras comodidades. Cualquiera que haya pasado por la T4 o la T1 en los últimos tiempos ha visto a esa legión de sintecho durmiendo en los pasillos o bajo los mostradores, después de haber transitado de un lado a otro por las instalaciones, aferrados a esos carros previstos para transportar maletas donde acumulan sus pertenencias. El espectáculo es tercermundista. Resulta en extremo penoso pensar que esa visión marcará la primera impresión que reciban de nuestro país millones de turistas. Una imagen bochornosa consentida, si no alentada, por el Gobierno de Pedro Sánchez. En su afán por demoler la Transición, tal vez haya decidido convertir en una enorme chabola el aeropuerto que lleva el nombre de Adolfo Suárez y de paso provocar otro quebradero de cabeza al principal feudo del PP.
Barajas se encuentra en Madrid, pero no depende del Ayuntamiento ni de la Comunidad Autónoma. Su gestión corresponde íntegramente a Aena, empresa controlada por el Estado, propietario del 51 por ciento de sus acciones, mientras la seguridad en el interior del recinto es competencia del Ministerio del Interior. Eso significa que ni Isabel Díaz Ayuso ni José Luis Martínez Almeida pueden hacer nada para solucionar los graves problemas generados por esa invasión, cuya responsabilidad recae en el ministro Fernando Grande Marlaska y el presidente y consejero delegado de Aena. ¿Quién es ese personaje, designado a dedo, que se lleva calentitos doscientos mil euros anuales gracias a ese nombramiento? Se llama Maurici Lucena y es un militante del PSC, exdiputado por Barcelona en el Parlamento de Cataluña. O sea, uno de los múltiples políticos socialistas que ha colocado Sánchez al frente de empresas públicas en aras de pagar favores, comprar votos y garantizarse el poder absoluto sobre lo que en teoría es de todos. La versión aeroportuaria de Beatriz Corredor en Red Eléctrica o Álvaro Fernández Heredia en Renfe. Incompetentes con carné cuya lamentable actuación provoca resultados cada vez más desastrosos.
El caudillo sanchista no gobierna; reparte prebendas entre sus afines siempre que le sean leales y se plieguen a su voluntad. Él no viaja en tren ni en avión de línea; se desplaza en helicóptero o Falcon. Las consecuencias derivadas de su concepción cesarista de la Presidencia las pagamos los ciudadanos de a pie, impotentes ante unos abusos que dan lugar a situaciones imperdonables en democracia. ¿Qué más tiene que pasar para que nos rebelemos? Hemos sufrido apagones, retrasos interminables, cancelaciones y ahora pulgas. ¿Cuál será la siguiente plaga?
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