el contrapunto
Sánchez sabotea a Pedro
Fue Sánchez quien nombró a Puente, experto en broncas tuiteras. Ahora que los trenes se paran, las culpas van para Pedro
Ayuso, Almeida y el fenómeno Madrid
«La culpa de esto es de Sánchez»
Mr. Handsome, más conocido como Pedro el Guapo, tiene motivos sobrados para quejarse del sabotaje al que lo somete un tipo apellidado Sánchez. Un sabotaje constante, cuya magnitud ha llegado al extremo de impedir que el pobre Pedro pueda pisar la calle sin ser ... abucheado por los ciudadanos hartos de sufrir ese boicot. Un boicot despiadado en todos los campos, desde la familia a la política, la luz o los ferrocarriles, que habría hecho arrojar la toalla a cualquier guaperas menos bragado.
Vayamos a lo concreto. Pedro se presentó a las elecciones enarbolando la bandera de la regeneración democrática y el combate contra la corrupción, pero hete aquí que a Sánchez le faltó tiempo para colocar a su hermanísimo a dedo en la Diputación de Badajoz, impulsar desde la Moncloa la carrera de su esposa, Begoña, catedrática sin poseer siquiera una licenciatura, y encumbrar a un presidente del Tribunal Constitucional lo suficientemente incondicional como para indultar de facto a los condenados por el mayor latrocinio de dinero público jamás perpetrado en España: el escándalo de los ERE andaluces acaecido en época de Chaves y Griñán. Pedro empeñó su palabra en que jamás pactaría con Bildu, sin sospechar que Sánchez convertiría a los representantes de ETA en sus socios más leales, previa excarcelación de sus asesinos. Pedro se comprometió a traer de vuelta al fugado Puigdemont en aras de obligarle a responder ante la Justicia, y resulta que Sánchez le envía cada mes a Waterloo embajadores cargados de ricos presentes pagados por los españoles, con el empeño de comprar los votos que lo sostienen en el poder. Pedro, recién llegado a la poltrona que tanto ansiaba y disfruta, nombró ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a su hombre de confianza en el partido, José Luis Ábalos, quien aprovechó ese cargo para obtener presuntas comisiones ilegales que investiga la Guardia Civil y enchufar a sus acompañantes de catálogo en empresas de titularidad pública; o sea, nuestras. Cesó al corrupto, dicen, cuando supo de sus andanzas, pero fue nuevamente víctima del sabotaje de Sánchez, quien metió al destituido en las listas del PSOE para convertirlo en diputado implicado en una causa hedionda que hoy salpica de lleno a Pedro. También fue Sánchez el responsable de entregar ese ministerio al derrotado alcalde de Valladolid, Óscar Puente, pasando por alto el hecho de que su especialidad no era precisamente la gestión, sino la bronca y los insultos en Twitter. Ahora que los trenes se paran, se acumulan los retrasos y el número de accidentes bate récords (81 en lo que lleva de mandato), las culpas van para Pedro. Lo mismo sucede con el apagón, cuando fue Sánchez quien premió a Beatriz Corredor con la presidencia de Red Eléctrica y 500.000 euros de sueldo. Ya me imagino al malvado urdiendo su próximo golpe… ¡Cuídate de él, Pedro!
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