el batallón
Momias contra zombis
Tantos fachas ha detectado el sanchismo en estos años que ahora el término se le ha quedado corto y se ha inventado lo de golpista
Los amos del calabozo (7/9/2023)
Mucha plancha, Yolanda, mucha plancha (31/8/23)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHan tocado a rebato en la izquierda con el fin de desacreditar las voces, antaño referenciales en la progresía autóctona, que van surgiendo contra el penúltimo triple tirabuzón carpado que va a intentar Sánchez para permanecer en La Moncloa, consistente en hacer pasar a la ... Constitución por la sala de despiece de un matadero para que se la merienden, en formato de rico solomillo, sus socios del Frankenstein II mientras el resto, es decir unos 46 millones de españoles, nos conformamos con un sopicaldo hecho con lo que quede de sus desperdicios. «Están saliendo las momias del PSOE a patalear», ha sentenciado alguna octogenaria juglaresa que sin duda ha conocido mejores momentos en su innegable talento para el insulto y el veneno. Unos salen del armario y otras del sarcófago, que cada cual haga lo que le venga en gana, pero quizá lo de la momia no haya sido la mejor metáfora elegida para estigmatizar a la disidencia socialista que se opone a la voladura del principio de igualdad entre los españoles, uno de los pilares de cualquier democracia que se tenga por tal.
A quienes desde fuera del socialismo se oponen al último trágala de Sánchez no los llaman «momias» sino «golpistas». El término elegido tiene la misma coherencia de la juglaresa, pues resulta que el Gobierno anda precisamente en negociaciones con el último golpista huido de la justicia española, al que el Ejecutivo hasta ha acudido a ver a su escondrijo bruselense. «Ya van viniendo...», se leía en la mirada de Puigdemont cuando se le iba acercando Yolandísima sonriente. Mejora el desvergonzado retruécano argumental Oriol Junqueras, que después de que el Gobierno abriese la veda desde el Consejo de Ministros también ha llamado «golpista» a Aznar. Habló Mahoma y dijo Alá... En general la izquierda parece que ha entendido que se le fue la mano tildando de facha a todo aquel que pusiera pegas al 'sí bwana' que exige el sanchismo. Así que todos fachas y alguno que otro, Aznar por ejemplo, golpista. La idea de este guion no es ni original, pues hace veinte años Pedro Almodóvar –¡qué boda sin la tía Juana!– acusó en público al PP de urdir un golpe de Estado para contestar la victoria de Zapatero en 2004 e impedir que el gran 'estadista' leonés llegase a La Moncloa. Como por entonces el término 'fake news' no había llegado a nuestras vidas, aquello fue una enorme trola en formato convencional que el mejor director de cine nacido en Calzada de Calatrava nunca se molestó en desmentir ni, por supuesto, en disculparse por aventar tan grave acusación. Insulta que algo queda.
Idéntico fin perseguían la portavoz del Gobierno en funciones cuando llamó «golpista» a Aznar o cuando la juglaresa progre les soltaba lo de «momias» a la vieja guardia socialista. Ambas no caen en la cuenta de que lo que está en juego es una lucha de momias contra zombis, esos seres que según el diccionario son «reanimados por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad». Y el brujo en este caso es Puigdemont. Aunque quizá la segunda acepción que recoge la RAE les encaje mejor: ¡atontaos!
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete