El Gobierno mantiene su reacción desaforada ante la movilización contra la amnistía

Un entrecomillado falso en el que se basó Díaz para lanzar una dura diatriba. «Un expresidente del gobierno como Aznar ha llamado a la rebelión nacional ¿Se imaginan un país en el que un expresidente del Gobierno llame a una rebelión nacional? ¿Se imaginan que sea posible en Francia o Alemania? ¿Creen que es normal en otros países?», aseguró Díaz ante sus parlamentarios. «Después de los intentos de desestabilización y llamamientos a la rebelión nacional del PP, actuemos con absoluta responsabilidad», pidió hacia el final de su intervención.

Para la vicepresidenta, que por enésima vez presumió de conocer mejor que nadie a Feijóo dado que ambos son gallegos y han coincidido en la confrontación política en esa comunidad, el objetivo del líder del Partido Popular (PP) no es otro que el de «tumbar a un gobierno de coalición no nato», como el que pretenden ahora el PSOE y Sumar.

«Todavía Pedro Sánchez no ha ido a la investidura y ya trabajan en la ilegitimidad del gobierno que viene», aseveró la líder de la coalición de partidos a la izquierda de los socialistas.

Al margen de las palabras de Aznar, y una vez que la número dos de los populares, Cuca Gamarra, confirmó que su formación organizará una protesta en Madrid para el penúltimo fin de semana de septiembre, justo unos días antes del debate de investidura de Feijóo en el Congreso de los Diputados, los distintos portavoces de las fuerzas de izquierdas insistieron en poner el grito en el cielo ante las protestas que se avecinan en contra del eventual olvido legal de los delitos relacionados con el golpe secesionista del año 2017 en Cataluña. Algo que afectaría tanto a los cargos que el Tribunal Supremo (TS) mantiene contra Carles Puigdemont como los posibles ilícitos penales cometidos por muchos alcaldes o cargos menores que propiciaron la consulta ilegal del 1-O.

El portavoz del Grupo Socialista, Patxi López, aseguró que lo único que se le ha ocurrido al líder de la oposición es «una manifestación para atacar a los socialistas», algo que a su juicio obedece a que Feijóo «hace caso u obedece a Aznar, a Ayuso y compañía buscando la confrontación entre ciudadanos y ciudadanas».

López, en una estrategia trazada desde hace días en los cuarteles generales de Moncloa y Ferraz, trató de camuflar o poner sordina al debate sobre la amnistía, la principal exigencia de Puigdemont y ERC para la investidura, y sobre la que ya hay contactos entre las fuerzas de la izquierda y los separatistas.

Muy discretos y bajo cuerda en el caso del PSOE y públicos y notorios en el caso de Sumar, como quedó de manifiesto con la visita a Bruselas para ver al expresidente catalán prófugo de la propia Yolanda Díaz, quien estuvo acompañada de su emisario particular para hablar con Junts, el dirigente de los comunes Jaume Asens.

Preguntado sobre si los votantes socialistas aprobarían la amnistía, López saltó como un resorte para decir que «de eso hablaremos cuando esté encima de la mesa». El portavoz socialista añadió que «este es el tiempo de Feijóo». Fuentes del PSOE insisten esta semana en esa estrategia de enfriar la negociación, ya que consideran que hablar ahora de amnistía es «pasar demasiadas pantallas».