Interior acerca a Txapote, asesino de Ordóñez y Miguel Ángel Blanco

El Ministerio del Interior hacía público ayer el traslado del terrorista a Estremera, en la Comunidad de Madrid, desde la prisión de Huelva. Un acercamiento de cientos de kilómetros en ruta hacia el País Vasco que hará junto a su compañera y madre de sus hijos Irantzu Gallastegui 'Amaia' , por otro lado camarada en el asesinato en 1996 de Fernando Múgica Herzog , en el de Miguel Ángel Blanco en 1997 y en 1999 de José Ignacio Iruretagoyena . Aunque Txapote tiene en su cuenta once más, como el de Gregorio Ordóñez , amén de dos intentonas.

Al menos así el contribuyente se ahorrará pagar los viajes de novios que hubo que organizar para que ejercieran su muy humanitario derecho al vis a vis hasta su reagrupamiento como pareja en 2009, por entonces en un centro penitenciario de Galicia.

El traslado de este par de miembros de ETA presos se comunicó junto al de otros cuatro. Dos de ellos tienen también delitos de sangre. Son Israel Clemente, que mató a Ana Isabel Herrero e irá de Algeciras a León y Aitor Olaizola , que acabó con la vida de Santos Santamaría y cambiará la cárcel de Palencia por la de Logroño.

Junto a ellos, figuran en la última lista de Interior —adelantada esta vez del viernes al miércoles por la Semana Santa— Javier Zaballo , que va también a Logroño procedente de Valladolid y Ángel María López Anta , que obtiene el buscado destino de la prisión de Álava, por la que deja la de León.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) , notaria incansable del fin de este fin de la política de dispersión de presos etarras, ha vuelto a echar las cuentas y recordar que el ejecutivo que preside Pedro Sánchez ha aprobado 203 traslados de 171 de estos condenados , que 48 están ya en el País Vasco y que 27 de los movimientos se han realizado «sin la propuesta de las juntas de tratamiento de las prisiones». O en contra de su criterio, que no es vinculante ni de obligado cumplimiento, pero es lo más parecido a una conclusión científica sobre cómo procede actuar con el recluso.

«Para este Gobierno es más importante contentar a sus socios de gobierno que respetar a las víctimas del terrorismo», lamenta este colectivo en alusión a Bildu y con la «preocupación» de creer que los acercamientos se aceleran ante la inminente transferencia de las competencias de prisiones al País Vasco. «Desde nuestra asociación estaremos vigilantes», avisan, «preocupados» por el alcance y el uso que podrá dar la administración autonómica a ese poder de gestión.

Entre quienes ya duermen en los centros penitenciarios de esa Comunidad, van de camino o están directamente a las puertas, se cuentan los grandes criminales de la banda que todavía están encerrados. A falta solo de Iñaki Bilbao , —uno de los ocho que sigue cumpliendo pena en Cádiz—, recientemente se ha acordado la salida precisamente de esa cárcel para que vaya a la de León de Henri Parot , que ha matado a 39 personas y también la de José Javier Arizcuren , alias 'Kantauri', que deja Murcia por Logroño y además con una progresión de segundo grado.

Uno más de ellos es 'Txapote'. Hay casi que recurrir a una hoja de excell para contemplar su inventario delictivo en toda su dimensión, que incluye, además de los ya mencionados al inicio, haber matado al sargento de policía municipal Alfonso Morcillo , al brigada del Ejército Mariano de Juan Santamaría , al dirigente socialista Fernando Buesa y su escolta y ertzaina Jorge Díez , al concejal de UPN José Javier Múgica , los guardias civiles Irene Fernández y José Ángel de Jesús , el inspector de policía Enrique Nieto y al funcionario de prisiones Máximo Casado . Y dos tentativas más, además del atentado en 2000 contra una discoteca en Guipúzcoa. Total, 524 años de prisión.

No consuela demasiado, como ya publicó este diario, que el terrorista y su pareja permanezca recluidos en sus respectivas celdas —por separado— veinte horas al día y sólo salgan al patio cuatro. Los cálculos son que 'Txapote' —arrestado en 2001— saldrá a la calle en 2059 , aunque accederá a la semilibertad en 2044. Eso de seguir, como hasta ahora, negándose a ninguna modalidad de redención de pena, todo un clásico en el libro de estilo de los puristas del terror que siempre rechazaron acogerse a beneficios penitenciarios.