La crisis inmobiliaria y la «'ndrangheta» llegan a la Mostra de Venecia

En la soleada Orlando (Florida), un orgulloso y desesperado obrero de la construcción, Dennis Nash (Andrew Garfield) sufre de un día para otro el desahucio de la casa en la que ha crecido con la madre (Laura Dern) y su hijo adolescente. Ha perdido el trabajo, no puede pagar la hipoteca y el banco, con el visto bueno del juez, le manda un agente inmobiliario (Michael Shannon) y dos policías para que recoja sus pertenencias y abandone la casa en dos minutos, por las buenas o por las malas.

Con buena interpretación de Andrew Garfield y, sobre todo, de Michael Shannon, el filme hace reflexionar porque, como dice el director Bahrami, «el fenómeno de la pobreza al 99 % es global ; en todo el mundo el hombre corriente no puede dedicarse a un duro « Hollywood ha ido en la mala dirección con tantas precuelas, secuelas y superhéroes»trabajo honesto y esperar a alcanzar la prosperidad frente a un contexto de avidez y corrupción».

Con aplausos ha sido acogido en la Mostra la primera película italiana a concurso por el León de Oro, «Anime Nere», de Francesco Munzi. Es un viaje al profundo sur de Italia, al corazón de la ‘ndrangheta, la mafia calabresa, concretamente en un pueblo de 3.100 habitantes, estigmatizado como uno de los centros con más mafia de Italia, en una zona (la Locride), con una larga historia de secuestros, homicidios y tráfico de drogas, un territorio que se siente olvidado y no se reconoce ni siquiera parte de Italia. La película se ha filmado en una montaña salvaje, el Aspromonte, donde el director Francesco Munzi ha sabido implicar a la población local transformándola, junto a los profesionales, en actores y comparsas.

Fuera de concurso, la Mostra contó ayer con el regreso a lo grande de Peter Bogdanovich con la comedia «She’s funny that way». Owen Wilson, Imogen Poots y Jennifer Aniston brillan en un guión escrito entre Bogdanovich y su mujer, Louise Stratten, que no se llegó a filmar debido a la repentina muerte de su protagonista, John Ritter. «Cuando conocí a Owen vi algo mágico en él, y decidí que podría recuperar el proyecto con él como protagonista», explicó el director neoyorquino en rueda de prensa, acompañado por el propio Wilson. La película cuenta con Wes Anderson y Noah Baumbach como productores ejecutivos y un cameo de Quentin Tarantino.

«She’s funny that way» cuenta la historia de un director de Broadway (Wilson) que se encapricha de una prostituta (Poots) y le ayuda a comenzar su carrera como actriz

Bogdanovich no ocultó cierta nostalgia hacia los viejos tiempos. «No me gusta morder la mano que no me da de comer», bromeó, «pero desafortunadamente Hollywood ha ido en la mala dirección con tantas precuelas, secuelas y superhéroes». «Cuando James Cameron se gastó 150 millones en “Titanic” todos decían que se iba a estrellar. Después, todos querían hacer lo mismo. Los grandes días de Hollywood, de Lubitsch, de Howard Hawks, ya no están con nosotros. Es deprimente y decadente», lamentó.

Otro momento estelar fue la entrega del León de Oro por toda su carrera al director estadounidense, Frederick Wiseman , el más grande documentalista vivo.