Philip Seymour Hoffman quedó fatalmente marcado por «Muerte de un viajante»

«Esa obra le torturó», relata David Bar Katz, una de las dos personas que acudió al apartamento del intérprete y descubrió el cuerpo sin vida, con una aguja en su brazo. Otros amigos de Hoffman lo refrendan: no volvió a ser el mismo después de representar en 2012, en Broadway, el trágico personaje de Willy Loman en la famosa obra de Arthur Miller.

«Se sentía miserable todo el tiempo mientras representó el papel. No importaba lo que hiciera, sabía que a las 8 se haría eso nuevamente a sí mismo», insiste Katz. «Si sigues haciendo algo así constantemente, te afecta al cerebro, y él lo hacía cada noche».

Insisten sus amigos en que no había entrado en una espiral autodestructiva, sino todo lo contrario. Ethan Hawke , que coincidió con Hoffman en «Esencia de mujer» , asegura que su amigo no había bebido durante 23 años... hasta que llegó «Muerte de un viajante». Hoffman creyó que podía manejar el alcohol si conseguía beber con moderación, pero acabó en rehabilitación.

RECHAZAN EL INFORME POLICIAL

Katz pone en duda el informe policial que asegura que en el apartamento de Hoffman se localizaron 50 bolsitas de heroína . «No me creo esos informes porque estuve allí», explica a Rolling Stone. «No revisé los cajones pero Phil nunca guardó nada en un cajón. Siempre lo tiraba al suelo».