MUTUA MADRID OPEN | entrevista
Murray: «Es un reto duro, pero creo que puedo ser número uno»
El escocés Andy Murray, un tenista liberado después de 2012, vuelve a Madrid con la tierra como asignatura pendiente. Atiende a ABC antes de empezar
ENRIQUE YUNTA
A Andy Murray ya no le tortura el fantasma de Fred Perry, encargado de acabar con la maldición que perseguía al tenis británico desde 1936. Le consagró un 2012 inolvidable después de rematar varias veces al palo, un tenista soberbio al que le perdían las ... grandes finales. En la hierba de Wimbledon se ganó la eternidad con esa medalla de oro, más especial que cualquier otro triunfo porque su enemigo era Roger Federer, y se desató finalmente en el US Open.
Murray por fin tiene fotos para la eternidad mientras persigue su sueño de ser número uno, ejercicio complicadísimo porque le tocó vivir en la era más exigente del tenis. Ahora aterriza en Madrid después de ausentarse el pasado año y acepta el reto de la tierra, una superficie todavía por conquistar porque de sus 26 títulos ninguno ha llegado sobre arcilla. Antes del torneo, responde a las preguntas enviadas por ABC. Murray viene a por todas.
-¿Qué tiene el Mutua Madrid Open que gusta tanto a los tenistas?
«Me ayuda la altura de Madrid porque la bola más rápida. Es un gran torneo»
-Básicamente que es un gran torneo para jugar. La Caja Mágica es un escenario impresionante y Madrid una ciudad fantástica. Para los jugadores, el tema de la altura es ideal para trabajar el físico y la pelota va más rápida, algo que a mí, personalmente, me ayuda. Es un torneo agradable, con muy buen ambiente. Además, en Madrid he estado en el Santiago Bernabéu, un estadio con una atmósfera impresionante y ojalá pueda ir a algún partido mientras estemos en Madrid.
-¿Cuándo vio que podía ser uno de los grandes?
-Para ser sincero, nunca pensé demasiado en ello. Es un privilegio estar jugando en una gran generación con tenistas tan buenos. Yo siempre he creído en mí y he tenido convicción y sé que tengo que seguir trabajando muy duro.
-¿Qué recuerda de cuando era un niño?
-Pues creo que me fue bastante bien. Tenía mis momentos, claro, pero siempre he sido educado, era buen chico. Recuerdo a un niño que jugaba mucho a tenis y no me daba tiempo a portarme mal. ¡Aunque seguro que mis padres le pueden decir que era todo lo contrario!
-¿A quién quería parecerse? ¿Qué ídolos tenía?
«Siempre me he fijado en otros deportes. Mí ídolo era Muhammad Ali, la leyenda»
-No hay ninguna persona en concreto que haya marcado mi vida en ese sentido. Me gusta pensar que soy lo que soy por mí mismo, aunque es verdad que hay personas y leyendas del deporte de las que he aprendido muchas cosas. Siempre me he fijado en cómo las estrellas de otras especialidades afrontan sus trabajos. A mí me encanta el boxeo y mi ídolo era Muhammad Ali, la verdadera leyenda.
-Después de tanto tiempo intentándolo, al fin ganó algo tan grande como un oro olímpico y también el US Open. ¿En qué ha cambiado su vida?
-La verdad es que tampoco ha cambiado tanto. Bueno, me han subido la categoría en los vuelos y poco más, el resto sigue siendo más o menos igual, nunca he querido estar por encima de mis posibilidades. Pero mentalmente el cambio sí que ha sido enorme para mí, fue un grandísimo avance en cuestión de un par de meses. Ahora, sin embargo, únicamente me centro en ganar el próximo torneo. Eso es el tenis.
-¿Llegó a perder alguna vez la fe, la confianza en ganar un Grand Slam?
-No, claramente no. Yo sabía que tenía la posibilidad de ganar un grande, yo sabía que llegaría mi momento. Todo era cuestión de paciencia, de trabajar duro y de empujar en los momentos más difíciles. Y llegó el día.
-¿Qué recuerda de su primer gran día, de la final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012?
-Fue, sencillamente, increíble. No puedo comparar ese ambiente con ningún otro, jamás había experimentado algo igual. Eran unos Juegos en casa y eso hizo que todo fuera diferente, el espíritu olímpico es algo muy difícil de describir. Además, fue genial conseguir el oro después de una derrota tan dura unas pocas semanas antes. Perdí contra Federer, precisamente, en la final de Wimbledon y fue doloroso, así que proclamarme campeón olímpico fue algo fantástico.
-¿Es difícil ser un jugador británico en Wimbledon? ¿Cuánto pesa la tradición de esa hierba?
-No quiero decir que sea difícil, no. La gente siempre comenta que los británicos, la afición de Wimbledon, ejerce mucha presión sobre sus tenistas, pero sucede todo lo contrario. Yo siempre he sentido el apoyo de la grada, un apoyo impresionante que a mí, personalmente, me ayuda y hace que juegue más motivado. La presión de jugar y ganar viene de dentro.
-Vuelve a Madrid y vuelve a la tierra. De sus 26 títulos, ninguno ha llegado en esta superficie. ¿Es la arcilla su asignatura pendiente?
«Mis piernas han mejorado mucho en tierra, em muevo mejor. Tengo que seguir trabajando»
-Me decepcionó mucho no estar el año pasado en el Mutua Madrid Open, así que es genial volver a la tierra de la Caja Mágica. De todos modos, siento que he mejorado en tierra, que lo hago todas las semanas. En Montecarlo, al quedar eliminado (perdió en tercera ronda ante Stanislas Wawrinka de forma contundente), me quedé para hacer sesiones doble de trabajo, necesitaba coger el ritmo apropiado. Sería muy positivo hacer un buen torneo en Madrid y como poco superar los cuartos de final, que nunca lo he conseguido desde que el torneo se juega en la Caja Mágica y sobre tierra batida (ganó la edición de 2008 en el Madrid Arena, pero era en pista rápida).
-No son malos resultados, pero no ha explotado. ¿Qué necesita para mejorar en esta superficie?
-Insisto en que he estado trabajando muy duro en un par de cosas durante el último mes, más o menos. Y llego a la conclusión de que mis piernas han mejorado mucho en tierra, sin duda me muevo mejor. No hay más secreto que seguir trabajando duro para darme la oportunidad de ganar algún día en arcilla. Es muy positivo trabajar con Ivan Lendl y tener a todo el equipo cerca para insistir y avanzar.
-¿Qué necesita para ser número uno? ¿Es un desafío real o una posibilidad lejana?
-Es verdad que es un reto, pero creo que tengo la capacidad para llegar a serlo algún día. Hay que tener en cuenta que a mi alrededor hay una serie de jugadores buenísimos y la competencia es tremenda. Para llegar al objetivo, hay que seguir ganando partidos y torneos importantes.
-¿Siente que le ha tocado luchar en la mejor época de la historia del tenis?
-Es muy complicado dar una respuesta concreta porque ha habido grandes momentos en el tenis en otros tiempos, con rivalidades muy importantes. En estos momentos, la calidad de los tenistas es tan alta que hay que luchar muchísimo para ganar un torneo. De todos modos, admito que me resulta emocionante formar parte de esta era, disfrutar de este momento.
-¿Qué golpes o virtudes les robaría a sus rivales?
«Cogería el saque de Isner, la derecha de Nadal y los movimientos de Djokovic»
-Cogería el saque de John Isner, sé lo que cuesta restar ese servicio tan potente. De Rafa Nadal cogería esa derecha seguramente. Y me quedo con mi revés, que es mi mejor golpe. Con eso, estaríamos todos contentos.... Ya puestos, le robaría a Novak Djokovic su flexibilidad y sus movimientos, me vendría bastante bien. Creo que con todos esos ingredientes sería un rival muy difícil de superar.
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