La búsqueda de Cervantes se retomará en un mes, tras recibir el «ok» de la Iglesia

En un principio estaba previsto que los expertos pudieran entrar ya (a principios de agosto) en el templo, pero se han retrasado los permisos que tenían que dar tanto las monjas como el Arzobispado para proseguir con la cata de las tumbas. Aunque todavía no los han recibido por escrito, fuentes del Ayuntamiento de Madrid han confirmado a este periódico que ya cuentan con el permiso «de palabra» de la iglesia, por lo que la búsqueda continuará en septiembre tras recibir esta autorización y, también, la de la Dirección General de Patrimonio Histórico.

Será en septiembre, por lo tanto, cuando comience la segunda fase de la investigación. Lo primero que tendrán que hacer, explican los expertos, es mirar en la cripta, de unos 5 metros de alto por 6 de ancho, y unos 15 metros de largo. Allí el georradar ha «visualizado» entre 30 y 33 nichos . Para saber si hay restos humanos se introducirá una microcámara. Si las imágenes son positivas, se perforará el muro que los tapa, retirarán los ladrillos y sacarán los restos para analizarlos y descubrir si entre ellos se encuentran los del autor de Don Quijote de la Mancha.

Los expertos creen que se podría montar un laboratorio de campaña en la propia cripta, y calculan que diez investigadores, trabajando durante una semana, podrían analizar estos primeros restos y llegar a una conclusión. Estos primeros gastos correrán a cuenta del Ayuntamiento de Madrid, según comentó en su momento la alcaldesa Ana Botella durante el acto de presentación de los resultados del estudio.

En caso de que no estuvieran en alguno de estos nichos, sería el momento de buscar en las otras cuatro zonas que señala el mapa tridimensional realizado a partir de los datos del georradar. La primera —la que le produce mejores vibraciones al geofísico Luis Avial– está separada unos 40 centímetros de la cripta, y no tiene conexión con ella. Se encuentra pegada a la imagen de la Inmaculada, y en ella hay una oquedad compatible con un enterramiento con orientación este-oeste, diferente al del resto de los detectados.

Hay una segunda zona que aconsejaría una «intervención quirúrgica» para delimitar su contenido: en ella se aprecia un enterramiento «o dos» (además de Cervantes, está enterrada en la iglesia su esposa) con lápida en la parte superior, ligeramente inclinado —«es normal que el suelo ceda en torno a los enterramientos», explicó entonces Avial—. Podría tratarse de los restos de Sancho de la Cerda, Marqués de la Laguna de Camero Viejo y esposo de la segunda patrona de la fundación, María de Villena y Melo, puesto que por su desahogada posición económica era el único en poder pagar una lápida en el templo.

Aún existe otra área en el que el georradar marca anomalías dignas de estudio: podrían concentrarse allí entre tres y cinco enterramientos. «Si Cervantes nunca fue sacado del edificio, y nada indica que lo fuera, Avial nos ha señalado dónde buscar», señaló hace un mes Francisco Etxeberría, presidente de la Sociedad Científica Aranzadi, una de las máximas autoridades mundiales en antropología forense.

En el caso de que hicieran falta exámenes más exhaustivos de los restos, el forense cuenta con otros expertos de las Universidades Complutense, País Vasco, Granada o el Instituto de Medicina Legal de Galicia, que se han ofrecido a colaborar. Para convencer a las monjas de clausura de las Trinitarias, los expertos han dialogado mucho con ellas. Además, según han relatado a este periódico, las religiosas se han quedado con un buen sabor de boca con el trabajo realizado.

El total de la operación de búsqueda de Cervantes, calculan sus promotores, tendría un coste de 100.000 euros. Sin embargo, nadie puede alcanzar a pronosticar la repercusión mundial que tendría el hallazgo de sus restos , ya que se trata de uno de los escritores más universales de la literatura.

Por eso los trabajos no escatimarán en gastos, aunque todo parece indicar que tampoco se necesitará mucho tiempo para localizar al escritor. En el ambiente se respira optimismo «porque los restos de Cervantes nunca han sido removidos».