El carlismo o Aristóteles, algunos de los temas en el primer día de Selectividad

En la opción «A», el comentario de texto era un escrito de Fernando Savater y el tema, la literatura del Siglo XVIII. Por su parte, en la «B», que ha sido la opción elegida por la mayoría, el comentario era un texto periodístico de Marcos Aguinnis en el diario argentino «La Nación» y el tema, la novela y el cuento hispanoamericano en el Siglo XX.

Y después de Lengua, Historia de España o Filosofía a partir de las doce. Los que han optado por la primera han tenido que explicar la dictadura de Primo de Riverao los resultados del referéndum de la Ley para la Reforma Política de 1976, entre otros temas. A los de Filosofía, en cambio, les ha caído Aristóteles y Hume.

Desde este martes y hasta el viernes, los 29.342 alumnos que se presentan en alguna de las seis universidades públicas de la región realizarán al menos cuatro exámenes. Estos son los de la fase general -Lengua, Historia o Filosofía, Lengua extrajera, que se realizarán este martes, y una materia de la rama de conocimiento que hayan estudiado en el bachillerato, mañana-.

Mientras, todos aquellos que deseen mejorar su calificación media en busca de una mejor nota final también tendrán la posibilidad de realizar tres exámenes adicionales, en lo que es la fase específica, de los cuales solo se les computarán las dos mejores notas.

María Encina González, vicerrectora de estudiantes de la Universidad Complutense y presidenta del Tribunal de selectividad, ha explicado que es «lógico» que antes de que comenzaran las pruebas los alumnos estuviesen «nerviosos», ya que «se juegan mucho».

La calificación que traen de bachillerato solo les computará seis puntos sobre 14 en la nota final con la que optarán a una plaza en la titulación universitaria que elijan, siempre eso sí que saquen un cinco en selectividad. Los otros ocho puntos los obtienen estos días -cuatro en la general y cuatro en la específica-. La vicerrectora también ha comentado que en los últimos años en la UCM «se ha incrementado el número de alumnos procedentes de la FP» que se presentan a los opcionales para mejorar su calificación.

Quinielas, nervios y sonrisas

Una hora y media antes de que empiece el primer examen, los vagones de Metro que conducen a Ciudad Universitaria son un hervidero de jóvenes, en su mayoría de 17 y 18 años, que especulan con qué les caerá en el ejercicio inaugural, el de Lengua castellana y Literatura. «La generación del 98 ó la del 27, seguro», dice uno de ellos -después comprobará que ni una ni otra-.

Ya en las puertas de la facultad de Odontología de la Complutense, esperan su turno Carlos, Ángel y Álvaro del instituto Santa María del Bosque de Carabanachel. Los tres quieren ser ingenieros -de montes, industrial, telecomunicaciones- y confiesan no estar «nerviosos, porque si te pones será peor». La universidad, dicen, será una etapa «diferente» en su vida, «estudias lo que te gusta, pero también eres responsable de tus actos». ¿Y el futuro? «Teniendo formación seguro que antes o después encontraremos trabajo».

A las nueve y media en punto, los alumnos empiezan a entrar en las aulas por orden alfabético. Les entregan un cuadernillo, donde deberán responder a las preguntas que les hagan, y unas pegatinas que pegarán después de cada examen. Las mochilas, en la pizarra. En la mesa solo se les permite un bolígrafo y el DNI. La presencia de cámaras de televisión hace que muchos se ruboricen. Una de las que muestra una risita nerviosa es María José, del instituto Jesús Maestro de Moncloa. Tiene un 9,9 de media en bachillerato y quiere hacer ingeniería industrial. Dice estar «nerviosa», pese a que ha estudiado «muchísimo».

Hora y media por examen

Por fin dan las diez y los alumnos empiezan a escribir. Tienen una hora y media para cada examen. Fuera de las aulas les esperan algunos de los profesores que les han acompañado. María Vicente es una de ellas. Lleva ya más de 30 selectividades a cuestas. Por eso tiene autoridad para decir que «lo normal es que muchos bajen entre tres y cinco décimas» su calificación de bachillerato. También que al salir del primer examen «se muestran mucho más relajados, igual que si hubieran cruzado el Rubicón ».

Cuando aún falta más de media hora para que termine la prueba de Lengua y Literatura comienzan a salir los primeros alumnos. «Un examen menos», dice uno. Otro quiere «un cigarro porque llevo fatal Filosofía». «No os vayáis muy lejos que a las doce tenéis otro examen», les dice a ambos una profesora. Esa será la rutina de más de 29.000 madrileños esta semana: salir de un examen para realizar otro. Todo para cumplir el sueño de ir a la universidad.

La de este año es posible que sea una de las últimas selectividades de la historia. El 17 de mayo, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Si finalmente se implanta la conocida como ley Wert , la selectividad desaparecerá y será sustituida por una especie de reválida que todos los alumnos tendrán que aprobar si quieren tener el título de la ESO y el de Bachillerato.