sucesos
Escritor, dentista... y ladrón
Atracó cinco bancos y logró más de 250.000 euros. Era ortodentista y maestro de Aikido
M. J. álvarez
Este «Solitario II» de nuevo cuño, no por su inusitada violencia, sino por su modo de actuar (disfrazado siempre para no ser identificado en los atracos a mano armada que perpetraba en bancos), posee una biografía que depara muchas sorpresas, al igual que la del ... verdadero, Jaime Giménez Arbe.
José Luis Isidro Casas, de 51 años, además de haber sido ortodentista, profesión que abandonó por la crisis, era maestro en una disciplina de artes marciales, el Aikido, del que era 6º Dan. Divorciado, con sus recursos económicos mermados y tal vez influenciado por la filosofía del deporte del que es maestro y que él define como «un arte de creación y para crear hay que evolucionar», decidió hacerlo, pero de una forma peculiar:atracando bancos. Así, este hombre, que ha escrito numerosos libros relacionados con las artes marciales, aprendió también a atacar y defenderse. Sin embargo, estas prácticas no las empleaba en los asaltos, en los que no echaba nunca mano de la violencia.
Accedía a las sucursales, simulaba ser un venerable anciano, con peluca, barba y bastón y andares torpes, para no levantar las sospechas de los empleados; mientras que en otras ocasiones, aparentaba ser un ejecutivo bien trajeado, con gafas de sol y portafolios. También llevaba lentillas oscuras para ocultar sus ojos claros e incluso se cree que utilizaba gasas quirúrgicas que se introducía en la boca con el fin de modificar sus facciones.
Esta forma de actuar se califica en el argot policial como de «Mortadelo». A José Luis Isidro Casas se le imputan cinco robos en otras tantas sucursales bancarias, en las cuales se apoderó de un botín de más de 250.000 euros, así como de moneda extranjera, según indicaron fuentes policiales.
Trabajó como vigilante
Llevaba actuando más de tres años, dado que la investigación comenzó en agosto de 2011, a raíz del primer golpe que se le atribuye: un asalto a un banco en el PAU de Vallecas. Luego cometió otros tres más, uno de ellos en la misma zona de Villa de Vallecas y el resto en San Blas: Julián Camarillo, Calle Seis (frustrado por los trabajadores de la entidad), y calle de Albania. Éste último, perpetrado la semana pasada, fue clave para su detención, dado que se situaba a 150 metros de su domicilio.
Carecía de antecedentes. De hecho, este curioso nuevo personaje del hampa madrileño se ha dedicado también a la profesión de la seguridad, según sus reseñas bibliográficas.
Los agentes habían puesto en marcha un dispositivo de búsqueda y localización del atracador. Y, tras el último atraco en la Calle Seis, los investigadores localizaron al ladrón en su domicilio, situado muy cerca, tras lo que procedieron a su detención.
En el registro de su vivienda, los investigadores encontraron el arma de fuego (una vieja pistola inutilizada), con la que intimidaba a los trabajadores, los objetos con los que se disfrazaba y el dinero sustraído en la última entidad: más de 101.000 euros.
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