Lavrov viaja a Teherán para abordar varias crisis geopolíticas con Irán, Turquía, Azerbaiyán y Armenia

Sin embargo, los expertos estiman que el interés del encuentro sobrepasa la zona caucásica, con Nagorno Karabaj como principal punto de atención, y apunta más bien a la actual situación en Oriente Próximo en su conjunto y más concretamente al conflicto entre Israel y Hamás.

De hecho, según informa el Ministerio de Exteriores ruso, su titular, Serguéi Lavrov, lo primero que hizo nada más llegar a Teherán, antes de reunirse con todos los demás colegas, fue encontrarse en solitario con su homólogo iraní, Hossein Amirabdollahian, presumiblemente para hablar de Israel.

Más tarde, Lavrov señaló que el refuerzo de la presencia militar estadounidense en Oriente Próximo supone un riesgo de «escalada» en el conflicto entre Israel y Hamás. Aludiendo al envío de buques de guerra estadounidenses, apuntó que «cuantas más medidas proactivas de este tipo toma un Estado, mayor es el riesgo de una escalada en el conflicto».

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Desde que se produzco el ataque de Hamás y la Yihad Islámica palestina contra Israel, el pasado 7 de octubre, Teherán y Tel Aviv han intercambiado duros reproches y advertencias. Moscú por su parte, para cuyas tropas que combaten en Ucrania, Irán es un aliado de primer orden por ser, según afirma Kiev y los países de Occidente, uno de los pocos Estados, junto con Corea del Norte, que les suministran directamente armas para utilizar en la ofensiva en el país vecino, había evitado hasta el momento condenar los crímenes contra civiles perpetrados por Hamás, organización que ni siquiera fue mencionada en el proyecto de resolución de la ONU que Rusia no consiguió sacar adelante hace una semana.

Este lunes por primera vez, según informaciones de la agencia rusa TASS, la representación de Rusia ante Naciones Unidas «condena las acciones de Hamás contra Israel del 7 de octubre, que no pueden tener justificación alguna». No obstante, se da la circunstancia de que, poco antes de la llegada a Irán de Lavrov, IRNA informaba que «en conversación telefónica con los líderes de la resistencia palestina, Amirabdollahian, subrayó la necesidad de que el régimen sionista de Israel cese de inmediato sus crímenes y deje de asesinar a la población palestina».

De manera que Azerbaiyán y, sobre todo Armenia, se asemejan a convidados de piedra en esta reunión del grupo 3+3, o más bien 3+2 e incluso simplemente 3 a secas (Rusia, Irán y Turquía). En la víspera, la agencia iraní IRNA aseguró que los cinco ministros de Exteriores se proponen «discutir los últimos acontecimientos en el Cáucaso Sur, así como cuestiones de cooperación regional en los terrenos político, económico, energético, de transporte y en el ámbito de la seguridad». La agencia iraní, no obstante, señaló que «las negociaciones de paz entre Azerbaiyán y Armenia son el punto principal de la agenda».

El pasado 19 de septiembre, Azerbaiyán lanzó una operación «antiterrorista» contra los grupos armados armenios para recuperar en su totalidad Nagorno Karabaj. Al día siguiente, las partes acordaron un alto el fuego según los términos impuestos por Bakú. Como resultado, la autoproclamada República de Nagorno Karabaj dejará de existir el 1 de enero de 2024. El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, firmó una declaración reconociendo el enclave como parte de Azerbaiyán. La situación creada ha provocado que más de 100.000 armenios, sobre una población de unos 120.000, abandonaran Nagorno Karabaj para refugiarse en Armenia. Después, el pasado 15 de octubre, el presidente azerbaiyano, Ilham Alíyev, izó la bandera de su país en Stepanakert, nombre armenio de la capital karabají, que ahora se llama Jankendi. Alíyev declaró dos días más tarde que «el asunto del conflicto de Karabaj está cerrado». Aunque queda pendiente la firma de un acuerdo definitivo de paz, algo que el actual encuentro en Teherán tratara de promover. Y eso pese a que, precisamente este lunes, tropas turcas y azerbaiyanas comenzaran maniobras militares cerca de la frontera con Armenia.

La iniciativa de cooperación de seis países en el Cáucaso Sur fue lanzada a finales de 2020 por Azerbaiyán y Turquía, que más tarde se denominó «3+3». Rusia e Irán acogieron efusivamente la idea y Armenia también se sumó al formato. Tras estudiar sus posibles ventajas, Georgia declinó unirse. El 10 de diciembre de 2021 se celebró en Moscú la primera reunión del grupo a nivel de viceministros de Exteriores, a la que, igual que ha sucedido este lunes, Tiflis no envió representantes.