Lo mejor del arsenal de Corea del Norte, al servicio de la guerra de Putin

A partir de esta premisa, ¿qué ponen ambas partes sobre la mesa? «Bajo mi punto de vista, Corea del Norte puede ofrecer sobre todo proyectiles de artillería. Pyongyang tiene un arsenal de millones de proyectiles y puede transferirlos a Rusia de manera inmediata. Asimismo, también puede enviar misiles, cuenta con miles de ellos», apunta Ramón Pacheco, catedrático KF-VUB Corea de la Universidad Libre de Bruselas y profesor titular del King's College de Londres. «Tanto estos proyectiles como los misiles son compatibles con los sistemas armamentísticos desarrollados por la Unión Soviética, los cuales Rusia está utilizando en su invasión de Ucrania».

Estados Unidos viene alertando del envío de armas a Rusia procedentes de Corea del Norte desde hace meses, algo que el régimen siempre ha negado. Hasta ahora, dichos intercambios se producían a través de terceros países, en particular Irán –que también proporciona ayuda militar directa a Rusia– para evadir los controles de la comunidad internacional. Tanto tiempo lleva este proceso en marcha que a finales de julio el diario británico 'Financial Times' revelaba cómo armas de fabricación norcoreana estaban siendo empleadas por las fuerzas ucranianas tras haber sido arrebatadas a efectivos rusos derrotados.

«Un gran problema es que cualquier respuesta estará principalmente asentada sobre suposiciones, como suele ser habitual cuando se trata de Corea del Norte», lamenta Siemon Wezeman, investigador del Instituto de Estudios de Estocolmo para la Paz Internacional, ante el interrogante anterior. «Corea del Norte cuenta con armas basadas en diseños soviéticos y rusos, muchos de los cuales son producidos en el país con permiso, con ligeras modificaciones o directamente copiados. Esto incluye desde rifles hasta artillería pesada. Muchos están operativos y en grandes, grandes cantidades. Por ejemplo, se cree que Corea del Norte tiene más artillería que toda Europa junta, al menos el doble».

«Hay que tener en cuenta la enorme cantidad de munición de artillería empleada por Rusia, y también por Ucrania, una práctica que ha sorprendido más o menos a todo el mundo. Ambos bandos han empleado munición más rápido de lo que pueden producirla y, de acuerdo a varios observadores, ahora están escasos», añade el experto. «Acceder a esas existencias norcoreanas probablemente impulsaría de manera significa las capacidades de Rusia en el corto plazo, mientras que las líneas de producción ayudarían en el largo».

El régimen ha fiado su supervivencia a la fuerza. Siempre preparado para el conflicto, el país representa uno de los más militarizados del mundo. Corea del Norte cuenta con el cuarto mayor Ejército del mundo con 1,2 millones de soldados, un 5% de su población de 26 millones de personas, a los que se suman otros 600.000 reservistas. La Constitución establece en su artículo 86 que «la defensa nacional es el deber y el honor supremo de los ciudadanos» y exige que todos sirva en las fuerzas armadas.

«La industria armamentística norcoreana está entre las más avanzadas del mundo, pero no se puede comparar con la de otros países de la región como China, Corea del Sur, Japón o Rusia; y mucho menos con la de EE.UU. A nivel doméstico, esta es la industria más avanzada del país sin ninguna duda. Es la única en la que el Gobierno ha invertido de manera constante durante décadas, a diferencia del resto de la economía del país», incide Pacheco.

Según datos del Departamento de Estado de EE.UU. incluidos en un informe del laboratorio de ideas Council on Foreign Relations, entre 2009 y 2019 el régimen destinó a fines militares 4.000 millones de dólares anuales, es decir, un cuarto de su economía. Pese a semejante inversión, persisten dudas sustanciales sobre la fiabilidad de sus recursos.

La última evidencia empírica se remonta a 2010. En noviembre de aquel año, Corea del Norte disparó 170 misiles contra la isla surcoreana de Yeonpyeong, ataque que acabó con la vida de cuatro personas. De acuerdo a un estudio posterior elaborado por 38 Norte, centro de investigación afiliado al Stimson Center, más de la mitad de los proyectiles cayeron en aguas próximas, y de entre los que alcanzaron su objetivo un quinto no explotó. Una tasa de error tan alta sugiere, tal y como señalaba la investigación, controles de calidad o condiciones de almacenamiento deficientes.

«La calidad de los recursos militares de una nación es más importante que los meros números. Las tropas de combate deben estar bien entrenadas y aprovisionadas, pero esto no siempre es así en el caso de Corea del Norte. El deterioro de las condiciones económicas del país ha limitado su capacidad de maximizar la calidad de sus activos militares», exponía Kim Min-seok, el primer portavoz civil del ministerio de Defensa surcoreano, en un informe publicado dos años atrás por el laboratorio de ideas Carnegie Endowment. «Uno de los motivos por los que Corea del Norte ha enfatizado armas nucleares y misiles balísticos de largo alcance es porque la creciente superioridad de las fuerzas convencionales del Ejército de Corea del Sur».

El curso de los acontecimientos confirma esta tesis. El año pasado, Corea del Norte completó una cantidad récord de ensayos balísticos: más de cincuenta, casi uno por semana. Entre los modelos testados está el Hwasong-17, el más poderoso de su arsenal, capaz de portar armas nucleares y golpear cualquier punto del globo. No obstante, y pese a las constantes sospechas, el régimen no ha realizado ningún simulacro con armas nucleares desde 2017.

Con el armamento convertido en fin y medio para Corea del Norte, no cabe duda alguna respecto al contenido de la contraprestación ofrecida por Putin. Kim desea obtener tecnología avanzada para sus satélites y submarinos nucleares, aunque todo intercambio resulta beneficioso para un régimen aislado por las sanciones internacionales –con el voto a favor de Rusia– y cuya población padece hambrunas recurrentes. El Programa Mundial de Alimentos calculaba que antes de la pandemia 11 millones de personas, más de un 40% de la población, padecía desnutrición y requería de asistencia humanitaria.

Asimismo, Corea del Norte también pretende profundizar la cooperación militar con Rusia en respuesta al fortalecimiento de los lazos entre EE.UU., Corea del Sur y Japón. Un incremento de alianzas en la región que, contra lo que podría parecer, alimenta la hostilidad y amenaza con devolver utilidad a las armas.