Oktoberfest: Múnich reabre la fiesta tras descartar amenaza terrorista ligada a una disputa familiar

Todo comenzó a primera hora del miércoles, cuando se declaró un incendio en un edificio residencial del distrito de Lerchenau. Cuando estaba siendo evacuado el complejo de apartamentos, gracias a espectaculares rescates desde los balcones de un joven de 21 años y una mujer de 81, se escucharon varias explosiones. Las fuerzas de seguridad identificaron varias trampas explosivas y se dio la orden de evacuar también todos los edificios en 200 metros a la redonda, lo que ocasionó un aparatoso dispositivo.

Con la ayuda de un helicóptero que persiguió al sospechoso, que intentaba huir callejeando, fue hallado el presunto perpetrador, con heridas muy graves y que se quitó la vida antes de ser detenido. Más tarde, su hija y su mujer fueron encontradas muertas y se sospecha que las asesinó antes de prender fuego al edificio para borrar pruebas.

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Durante el pertinente registro de todas sus pertenencias, la Policía halló una carta en la que se aludía a una posible amenaza al Oktoberfest. Se trataba de una supuesta carta del movimiento Antifa publicada en la página web indymedia.org. La Policía examinó la posible conexión, pero terminó descartándola y asumiendo que el origen fue una disputa familiar.

«Según los conocimientos actuales, el edificio residencial fue incendiado deliberadamente como parte de una disputa familiar», informó un comunicado. Pero aunque la amenaza no era demasiado concreta, las autoridades bávaras decidieran no correr riesgos y hacer rastrear la Wiese del festival, tarea que realizaron más de 500 policías y 30 perros. «Ahora podemos garantizar que la fiesta puede continuar con total seguridad y animamos a todos a seguir divirtiéndose», confirmó a las cinco y media de la tarde el alcalde de Múnich, Dieter Reiter.

El incidente obligó también a emitir una alarma por «peligro extremo» para toda la ciudad de Múnich a través del sistema federal de transmisión celular a todos los teléfonos inteligentes compatibles con la recepción por parte del Centro de Control Integrado de Múnich. Al mismo tiempo, las aplicaciones de advertencia Katwarn y Nina sfueron activadas. Un portavoz del cuerpo de bomberos de Múnich explicó más tarde que los sistemas de alerta informaron del hallazgo de varios artefactos explosivos en Lerchenau. La situación ocasionó grandes atascos de tráfico y ansiedad en la población.

«Esta vez no ha sido nada, pero estamos en una situación de tensión que esperamos lo peor en cualquier momento, y hay que reconocer que así es difícil celebrar nada», se quejaba en declaraciones a Deutschland Funk desde Múnich Helene, que había pasado varias horas en un refugio en Múnich vestida con el tradicional Drindl. «Mi intención es seguir celebrando, celebrar todavía más, no vamos a permitir que el miedo cambie nuestra forma de vivir y de ser felices», decía por su parte Herbert, igualmente ataviado con el atuendo tradicional bávaro.