Los análisis genéticos confirman que Prigozhin, el jefe mercenario de Wagner, murió en el accidente aéreo del pasado miércoles

La identidad de los diez ocupantes del Embraer-135 que el análisis genético ha puesto de manifiesto coincide con la lista de vuelo facilitada desde el primer momento por la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia. Así lo anunció ayer la portavoz del SK, Svetlana Petrenko. Según sus palabras, «en el marco de la investigación del accidente aéreo en la región de Tver, se han efectuado los correspondientes exámenes genéticos moleculares cuyos resultados ha establecido la identidad de los 10 fallecidos, que se corresponden exactamente con la lista que figura en la hoja de vuelo».

A las 23:00 hora de Moscú del pasado día 23, la Agencia Federal de Transporte Aéreo dio a conocer públicamente el nombre de los pasajeros que se encontraban a bordo del avión: Prigozhin, Utkin, Serguéi Propustin, Evgueni Makarián, Alexánder Totmín, Valeri Chekálov, Nikolái Matuséyev, el capitán Alexéi Levshín, el segundo piloto Rustam Karímov, y la azafata Kristina Raspopova.

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Rafael M. Mañueco

«No puedo decir quién lo hizo, pero me es imposible imaginar que haya podido ser Putin, le conozco». A su juicio, el jefe del Kremlin es una persona «prudente, muy tranquila e incluso lenta en su forma de actuar»

En relación con el siniestro, el Comité de Investigación abrió una causa penal en virtud del art. 263 del Código Penal ruso (violación de las normas de seguridad del tráfico y explotación del transporte aéreo), pero sin hacer referencia a posible asesinato o atentado. El pasado jueves, el presidente ruso, Vladímir Putin, expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos, alabó el papel de los Wagner «en la lucha contra el régimen neonazi en Ucrania» y calificó a Prigozhin de persona «talentosa», aunque «cometió errores». El viernes, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó que Putin tenga nada que ver con la muerte del jefe de los Wagner, que acababa de regresar de un viaje a África.

Lo que no han hecho todavía los investigadores, pese a disponer de toda la información contenida en las cajas negras, es determinar la causa de la catástrofe y las personas implicadas. En los canales de Telegram y en los medios de comunicación rusos se exponen las más diversas versiones, desde una explosión a bordo del avión hasta su derribo por los sistemas de defensa antiaérea. Tanto en un caso como en el otro habrá que explicar por qué se disparó contra un jet comercial o cómo se consiguió introducir explosivo dentro del aparato estando estacionado en el área de aviones privados del aeropuerto moscovita de Vnúkovo.

El siniestro que acabó con la vida de Prigozhin y sus principales lugartenientes se produjo justo dos meses después de la sublevación armada protagonizada por los Wagner, que pusieron bajo su control la ciudad de Rostov del Don y cerca estuvieron de entrar en Moscú. El propio Prigozhin ordenó dar marcha atrás tras mediar en el asunto el presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko. Por toda Rusia se han instalado memoriales en recuerdo de Prigozhin y sus mercenarios con velas, flores y retratos de los fallecidos.

Prigozhin nació el 1 de junio de 1961 en Leningrado, actual San Petersburgo. Pasó 9 años en la cárcel por robo y otros delitos. Cuando fue puesto en libertad, abrió varios restaurantes, en uno de los cuales pudo conocer a Putin, y creó después una cadena de tiendas de alimentación. Su ascensión vino con la aparición de su negocio estrella Concord Catering, con el que daba servicio al Kremlin en grandes eventos oficiales y encuentros privados. De ahí que fuera conocido como «el cocinero de Putin».

Luego creó el Grupo Wagner durante la anexión de Crimea, cuyas unidades lucharon en Ucrania, en Siria y en conflictos en diversos países africanos con el objetivo de «defender los intereses geopolíticos de Rusia» haciendo uso de los métodos más brutales, incluso ejecutando a los desertores golpeando su cabeza con un mazo. Su creciente popularidad, sus duras críticas a la cúpula militar rusa y el levantamiento de junio, acción que constató que estaba fuera de control, le convirtieron en una seria amenaza para el Kremlin.