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A Fidel Castro ninguna mujer le duró tanto en la cama como su kalashnikov

El dictador duerme con un arma a mano, según el testimonio de uno de sus principales escoltas, Juan Reinaldo Sánchez. «No es el clásico mujeriego cubano», explica a ABC

A Fidel Castro ninguna mujer le duró tanto en la cama como su kalashnikov efe

carmen muñoz

La misma escena se repetía cada noche, cuando Fidel Castro volvía a casa desde el Palacio de la Revolución. Dalia Soto del Valle, su segunda mujer, era avisada por radio de la próxima llegada del dictador cubano. Como una esposa devota, le esperaba en la ... escalinata, se daban el beso de rutina y él le confiaba su arma personal, un kalashnikov. La madre de cinco de sus nueve hijos conocidos llevaba el fusil de asalto con cuidado a su habitación, en la planta alta de la residencia habanera, conocida como Punto Cero. Porque Fidel Castro duerme con su kalashnikov al alcance de la mano. Al menos así era durante los 17 años en que el teniente coronel Juan Reinaldo Sánchez fue su guardaespaldas, entre 1977 y 1994, cuando formaba parte del primer anillo de la seguridad del líder de la revolución cubana.

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