Prohibido manifestarse en Estambul salvo en «áreas designadas» por el gobierno

En ambos casos se trata de grandes explanadas bastante alejadas del centro. Quienes desafíen la prohibición se enfrentarán a importantes represalias , incluyendo penas de cárcel, según denuncian las organizaciones de derechos humanos.

«El derecho a la organización de encuentros y manifestaciones es uno de los derechos y libertades básicos, y está protegido por la Constitución», afirma la Oficina del Gobernador en un comunicado, siempre y cuando se organicen «de forma decente y siguiendo las regulaciones y las especificaciones que marca la ley». El texto, hecho público la semana pasada, describe la normativa sobre los «sitios de reunión», las «rutas para marchar» e incluso los puntos «en los que colgar pancartas », y determina como únicos lugares de manifestación los mencionados.

La medida no es sino la consecuencia lógica de la política que el gobierno turco viene aplicando desde la revuelta por el parque Gezi del verano pasado, cuyo epicentro se situó en la plaza de Taksim, en el lado europeo de la ciudad. En el año transcurrido tras aquellos incidentes, las autoridades apenas han permitido un puñado de eventos en las proximidades de la plaza, y en ningún caso una manifestación de la oposición.

La tensión llegó al máximo durante el pasado 1 de Mayo, cuando sindicatos y partidos opositores insistieron en celebrar el Día de los Trabajadores en Taksim, un lugar cargado de simbolismo para todos ellos. La negativa de las autoridades, que puso todos los medios a su alcance para impedirlo, acabó desembocando en importantes disturbios en varias zonas de la ciudad .

Aquellos días, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan ya anticipó la medida. «Ni en la plaza de Taksim, ni en el centro de Kadiköy. Desde ahora, las manifestaciones están prohibidas allí», aseguró el mandatario turco dos días antes de la celebración. «Podrían destruir las tiendas y los negocios de nuestros comerciantes. Bajo ningún concepto vamos a dejar que esto vuelva a suceder. Si queréis manifestaros, hacedlo en Yenikapi o Maltepe», afirmó.

Finalmente, ante la perspectiva de una importante confrontación con la oposición, se autorizó una concentración «pacífica» en el distrito asiático de Kadiköy, donde gobierna el partido laico CHP. Pero las autoridades lo dejaron bien claro: era la última vez. La confirmación oficial ha llegado esta semana.

«Esta disposición, este tipo de restricción, tiene que ser interpretada junto a las prohibiciones que criminalizan las manifestaciones no autorizadas , y las convierten en delitos cuyo castigo, incluso en el menor de los casos, son tres años de cárcel. La implicación de todo esto es que si violas esta ley, en cualquier otro lugar que no sea los dos indicados, automáticamente puedes ser condenado a tres años en prisión», explica a ABC John Dalhuisen, director del programa para Europa y Asia Central para Amnistía Internacional . «Es una violación enorme del derecho a la protesta pacífica», asegura.