Temor a que se repita el escenario aplicado por Rusia en Crimea a otras regiones de Ucrania
La Cámara Baja del Parlamento ruso ratifica la anexión de Crimea
rafael m. mañueco
Vladímir Mikolayenko, alcalde de Jersón, ciudad ucraniana situada a un centenar de kilómetros al noroeste de la frontera con Crimea, declaró ayer en una rueda de prensa que el Partido de las Regiones, formación de la que fue líder el depuesto presidente, Víctor Yanukóvich, se ... propone, con la ayuda de Rusia, repetir en el sur y este de Ucrania el mismo escenario secesionista recién aplicado en la península anexionada.
Mikolayenko explicó que el método consiste, primero, en sacar a la calle al mayor número de personas posible en demanda de un referéndum para la incorporación a Rusia. Después, al igual que se hizo en Crimea, aparecen los «paramilitares», que se adueñan de los edificios oficiales y obligan a los diputados locales a convocar la consulta y a nombrar otras autoridades.
En esa fase es cuando llegan las tropas rusas sin distintivos, como si fueran también «grupos de autodefensa». Tras la celebración del referéndum, cuyo resultado está ya predeterminado, y aprobada una declaración de independencia en el Parlamento local, Rusia lo reconoce y procede a la anexión, como en el caso de Crimea, o a firmar un acuerdo de cooperación militar como hizo con las provincias georgianas de Abjasia y Osetia del Sur . De esta manera, el territorio en cuestión queda incorporado a Rusia o convertido en un protectorado.
Los mismos temores fueron expresados ayer por el embajador ucraniano ante la ONU en Ginebra, Yuri Klimenko, en otra comparecencia ante los medios. Según sus palabras, «hay indicios de que Rusia prepara una intervención en el este y sur de Ucrania». Klimenko habló de la «intensificación» de los movimientos de activistas prorrusos en Jersón y aseguró, sin aportar más detalles, que «la presencia militar rusa en Ucrania no se limita solamente a Crimea».
Durante la visita efectuada ayer a Moscú por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, le transmitió su preocupación «por las violaciones de los derechos de los rusoparlantes» en el este y sur de Ucrania. Lavrov aseveró que «grupos radicales con la connivencia de las autoridades de Kiev están haciendo que aumente la tensión».
Derecho a intervenir
Pese a que no se han registrado casos de transgresión de los derechos de la ciudadanía ucraniana en las regiones orientales y los sucesos violentos habidos en Járkov y Donetsk no están aún esclarecidos, el Ministerio de Exteriores ruso no para de alertar sobre supuestas agresiones perpetradas contra los prorrusos. La Cancillería rusa ha advertido además en varias ocasiones que se reserva el derecho a intervenir en Ucrania si ciudadanos rusos son atacados o el caos se adueña del país.
Otro elemento que indica que Moscú no va a dejar tranquila a Ucrania son sus constantes consejos sobre la necesidad de que acometa una federalización como única forma de reconciliar los intereses de la población del este y del oeste. Lavrov lo repitió ayer durante su discurso en la Duma (Cámara Baja) previo a la votación para la ratificación de la anexión de Crimea. «Solamente la federalización permitirá estabilizar Ucrania», declaró. Insistió además en que en Ucrania «se produjo un golpe de Estado» y «los ultranacionalistas, antisemitas y otros extremistas actúan con el apoyo del Gobierno».
Los diputados de la Duma ratificaron ayer con un solo voto en contra el acuerdo firmado el martes en el Kremlin por el presidente Vladímir Putin y las autoridades de Crimea y Sebastopol, territorios que pasan a ser ahora los entes número 84 y 85 de la Federación Rusa. Queda ahora que dé el visto bueno el Consejo de la Federación (Senado), que se reúne hoy, y el documento sea firmado por Putin, probablemente hoy también.
Mientras, sobre el terreno, las milicias prorrusas de Crimea se apoderaron de la corbeta ucraniana Ternópol, fondeada en la bahía de Sebastopol. El miércoles, esas fuerzas, encabezadas por civiles, mujeres incluidas, y con el apoyo de tropas rusas sin distintivos lograron asaltar el cuartel general de la Armada ucraniana en Sebastopol. Después fue detenido su comandante en jefe, el contralmirante Serguéi Gaiduk, acusado de haber dado supuestamente la orden de disparar contra civiles. Moscú tuvo que tomar cartas en el asunto y pedir a las autoridades crimeas que dejaran a Gaiduk marchar a Ucrania. Su liberación tuvo lugar ayer por la mañana, junto con la de otros siete prisioneros.
Reducir tensiones
Según la ONU, los ministros de Defensa ruso y ucraniano, Serguéi Shoigú e Ígor Teniuj, hablaron ayer por teléfono para tratar de reducir las tensiones. No se han dado detalles sobre el contenido de la conversación.
En Crimea continúa habiendo cuarteles ucranianos que no han depuesto todavía las armas. Uno de ellos, como pudo constatar ayer este corresponsal, es el de Perevalne, situado a una veintena de kilómetros al sur de Simferópol. Se trata de una unidad de defensa costera que lleva rodeada por paracaidistas rusos desde el pasado 2 de marzo. Los guardafronteras ucranianos, sin embargo, continuaban ayer replegándose hacia Ucrania.
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