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La vida de Luis Martínez de Irujo, en imágenes

Se cumplen 50 años de la muerte del primer marido de la duquesa de Alba, el hombre que consiguió reflotar la Casa y adaptarla a los tiempos

Luis Martínez de Irujo, el discreto forjador de aristócratas

La pareja, en una imagen de 1959 en Nueva York

S. G.

Madrid

18/09/2022
Actualizado a las 03:01h.

Fue un hombre desconocido hasta que contrajo matrimonio con doña Cayetana y, a partir de entonces, muy poco dado a figurar. Juntos tuvieron seis hijos, que siempre han recordado con cariño y con respeto a un padre entregado, que falleció demasiado pronto. Su corta vida estuvo marcada por ellos y por la personalidad de su mujer

Luis Martínez de Irujo con su hija Cayetana en Marbella, recién comprada Las Cañas, en julio de 1962. Aquella propiedad fue centro neurálgico de los veraneos de la familia y el lugar donde, en palabras de la duquesa de Alba, “más ratos agradables me ha dado en mi vida”. Se trata de una sencilla mansión a pie de playa, en la zona de Casablanca, a la que en 2009 la Demarcación de Costas abrió expediente por entender que parte de la vivienda invade espacio público.

El matrimonio con Fernando, su cuarto hijo, en octubre de 1960. Son tiempos de máximo esplendor de la pareja, icono social de su tiempo como lo demuestra que ese mismo año, Cayetana recibió la visita en su casa de Jackie Kennedy. Fernando, el actual marqués de San Vicente del Barco es el gran desconocido de la familia, ajeno al entorno mediático y muy discreto. Nunca se ha casado.

Saludando al Papa Pablo VI con el matrimonio Muñoz Seca, en febrero de 1964. Luis Martínez de Irujo compartió con su esposa una honda religiosidad, que Cayetana de Alba. consiguieron casarse ante el altar mayor de la Catedral de Sevilla, donde hasta entonces solo se habían celebrado nupcias de miembros de la Casa Real. Al término de su boda, los ya esposos fueron a la Iglesia de La Macarena a rezar y ofrecer el ramo de la novia antes de retirarse a pasar su primera noche juntos.

La familia con el quinto de sus hijos, Cayetano recién nacido, en abril de 1963. El actual conde de Salvatierra reveló en 2019 las hondas secuelas de lo que, en sus palabras, fue una infancia indeseable. El origen de su desolación, según dijo, llegó con el fallecimiento de su padre. «No se nos dejó despedirnos de él. Fue horrible. Me causa un dolor… Cómo nos engañaron. Estuve rezando con mi hermano Fernando durante 10 días para que se curara nuestro padre. Tristemente se había muerto ya sin que los supiéramos ». Sostiene que su fallecimiento supuso para él una pérdida de su identidad.

Instante del aterrizaje en La Habana de la pareja durante el viaje de novios, diciembre de 1947. Al día siguiente de su boda emprendieron una luna de miel de seis meses que les llevó por Europa y depués por América. Cayetana regresó embarazada de aquel viaje.

Imagen del banquete de boda celebrado en Las Dueñas el 12 de octubre de 1947. El duque Jacobo, padre de Cayetana, de espaldas. En declaraciones a ABC, la duquesa contaría «Guardo de mi boda en Sevilla un recuerdo imborrable y una íntima emoción. Hace mucho tiempo de aquel día pero permanece en mi memoria la salida de Dueñas, en el coche de mulas, con borlas blancas, que iba enjaezado a la calesera y adornado con el escudo de la Casa, y la llegada a la catedral, por la puerta de San Miguel que da a la Avenida. En las aceras, decenas de personas se agolpaban, aplaudían y nos vitoreaban. Querían acompañarnos en aquel día tan especial y yo lo he agradecido siempre. Eran tiempos difíciles».

En noviembre de 1968 nació la sexta y última hija de la pareja, bautizada María Eugenia Brianda Timotea Cecilia Martínez de Irujo y Fitz James Stuart. Con motivo de la publicación de la biografía de su padre, la hoy duquesa de Montoro ha dicho de él que fue un hombre inteligente y honesto. Dos años después de su muerte, Cayetana de Alba contajo segundas nupcias con Jesús Aguirre, de quien Eugenia conserva sin embargo un tormentoso recuerdo. «Era muy culto, pero cero humano. Era muy malo», dijo reciéntemente de él

Luis Martínez de Irujo flanqueado por sus hijos mayores, Carlos y Alfonso. El primero, actual duque de Alba y guardián del legado de la Casa, se licenciaría en derecho y contrajo matrimonio con Matilde Solís, aunque se separaron en el año 2000 en medio de profundas turbulencias. Alfonso, duque de Híjar, se casó a finales de los años 70 con María de la Trinidad de Hoenlohe-Langenburg, descendiente de la nobleza germana, de la que se divorciaría en 1987.

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