Santiago Segura: «Mis hijas me obedecen más como director que como padre»
El actor y director, que ha estrenado la comedia 'Vacaciones de verano', nos recuerda sus veranos de mar y playa cuando era niño y nos habla de su familia, de la que no se separa ni para hacer sus películas
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Santiago Segura
Santiago Segura ha convertido 'Vacaciones de verano', que protagoniza y dirige, en la comedia española más taquillera de la temporada, con más de un millón de espectadores: «Es la película que me hubiese gustado ver a mí, con mis padres y mi hermano, ... en un cine de verano. Es simpática, fresca y divertida. Te hará salir del cine con una sonrisa». En esta aventura familiar, el protagonista se convierte en involuntario animador infantil, algo que no sabemos cómo lleva Santiago en la vida real: «Cuando tenía 9 o 10 años, en los cumpleaños de mis primos y celebraciones familiares, me ponían a entretener y organizar a los más pequeños. Tenía buena mano divirtiéndoles y organizando juegos con ellos. Lo cierto es que yo también me lo pasaba en grande, así es que puedo decir que sí, soy bueno con los peques».
Rodeado de su mujer y sus hijas, Santiago rueda como en casa: «Es maravilloso trabajar así. La familia profesional que son los equipos técnicos y artísticos de un rodaje, unida a la familia real, es insuperable. Mi mujer, que es maquilladora y sabe lo que es trabajar en este oficio, es la perfecta acompañante de artista. Mis hijas, si fuesen folclóricas, podrían hacer una gira internacional organizada por su madre, que es además la mayor fan de nuestras hijas, sin problemas. Estarían perfectamente atendidas. Es una suerte contar con ella pues nos hace a todos la vida más fácil». La familia que trabaja unida permanece más unida, claramente. ¿Y la pareja?: «Para mantener la chispa después de tantos años se hace lo que se puede, pero María tiene algo que me encanta y es su sentido del humor. Se ríe mucho. Tanto, que la llevo a las proyecciones para que anime al público a reírse con sus carcajadas».
Sirena y Calma, sus hijas, le han salido actrices precoces: «Descubrí su talento conviviendo con ellas. Me parecían las dos muy divertidas, así que las hice un casting, que pasaron ampliamente». Entre director de cine y padre, tiene que tomar partido: «Creo que obedecen más como actrices que como hijas, aunque no me puedo quejar. Las dirijo con cariño, como al resto de intérpretes». No tienen enchufe por ser quienes son. Es un padre muy orgulloso: «Lo más importante es que son buenas personas, buena gente, eso me llena de satisfacción».
Santiago no se considera un director maniático: «Por lo menos, que sea yo consciente. No tengo ninguna superstición» y considera que su humor es «como algunos antibióticos, de amplio espectro». En lo personal, cree que es un romántico: «Lo soy en exceso, aunque no lo parezca». Pero no es nada aventurero. Eso sí, la paternidad le ha cambiado por completo, tanto que reconoce que le fascina ver a sus hijas durmiendo plácidamente: «Es lo que más paz me procura». Y si hay algo que le da miedo en esta vida es que sus hijas puedan sufrir cualquier percance en el futuro.
A Santiago le altera «la crispación y el odio que se percibe en la redes sociales». Se declara persona nocturna, «aunque estoy intentando corregirme porque estos horarios son imposibles para la vida normal». Confiesa que es «metódico improvisando» como buen creador, que sobrelleva la fama «como buenamente puedo». «Tengo infinitos sueños por cumplir, lo que me lleva a vivir con ilusión. No me tomo demasiado en serio, porque creo que ese es el truco para hacer reír. Yo empiezo a reírme siempre de mí mismo, porque tengo mucho material. Y de ahí paso a reírme de todo», confiesa el cómico, quien reconoce que no le hace ninguna gracia «el dolor y el sufrimiento, el propio o el de mis semejantes».
Ahora, sin rodaje ni promoción, vive tranquilo el verano en familia: «Estar con ellos por el paseo marítimo de una ciudad costera tomándonos un helado es la mejor prueba de que estamos de vacaciones de verano».
La foto: el niño que jugaba en las rocas
Ahí le tienen, el rey de las rocas, el señor de las playas agrestes. Santiago Segura disfrutaba más de las costas salvajes que de las playas de arena fina, con sus sombrillas y sus chiringuitos: «Tengo recuerdos muy felices. Cabo de Palos, en Murcia, era nuestro lugar de vacaciones. Para mí, las rocas y el mar eran sinónimo de verano. Las vacaciones eran pasar todo el día en bañador jugando de sol a sol. Aunque las mejores de mi vida fueron cuando me llevaron a Jávea, de adolescente. Por primera vez descubrí cómo atraer la atención del sexo contrario. Fue apoteósico».
Santiago Segura de pequeño
El actor se pone nostálgico al recordar los viajes en familia: «En aquella época, mi madre vivía. Ella era mi felicidad y mi refugio, la mejor persona que he conocido en mi vida». Esa ausencia le dejó una huella muy profunda. Pero guardo recuerdo maravillosos de mi familia, porque mi padre era un tipo estupendo. La verdad es que les echo mucho de menos, aunque ahora tengo a mis suegros a los que tengo mucho cariño». El pequeño Santiago era «un niño muy imaginativo y soñador, muy sociable, con muchos 'amiguetes': «Siempre le he dado mucho valor a la amistad. Me encantaba pertenecer a pandillas. A grupos. A bandas, pero no armadas».
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