Rosario Bermudo, la hijastra de la 'duquesa roja', a punto de recibir el total de su herencia
Mientras Javier y Gabriel han pagado su parte, Pilar y Leoncio han recurrido al Supremo
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Iniciar sesiónEl largo proceso judicial de Rosario Bermudo, hijastra de Isabel Álvarez de Toledo, la duquesa de Medina Sidonia, más conocida como la 'duquesa roja', se acerca a su conclusión tras más de una década de litigios, exhumaciones, recursos y sentencias favorables. La causa, que ... comenzó con la reclamación de filiación contra los cuatro hijos legítimos de Leoncio, el que fuera marido de la aristócrata, está ahora pendiente de resolución en el Tribunal Supremo, donde dos de los hermanos, Pilar y Leoncio, mantienen el último recurso.
El abogado de Rosario, Fernando Osuna, recuerda que el caso ha sido «un proceso largo, complejo y lleno de obstáculos», pero insiste en que «la justicia siempre ha dado la razón a Rosario, desde el primer juzgado hasta el Supremo».
Un camino de diez años para ser reconocida como hija
La primera batalla comenzó con la filiación. Los cuatro hermanastros de Rosario —Javier, Gabriel, Pilar y Leoncio— se negaron a someterse de manera conjunta a las pruebas de ADN. «Querían que fueran uno o dos, pero no los cuatro», explica Osuna. Ante esta negativa, el equipo jurídico solicitó la exhumación del cuerpo de Leoncio, enterrado en Quintana Redonda (Soria).
«No queríamos sacar el cuerpo de la tumba, pero no hubo otra salida. Los expertos en genética nos advirtieron de que era imprescindible contar con el ADN de todos los hermanos. Como se negaron, hubo que exhumar», relata el abogado.
La operación se llevó a cabo «en un día de frío horroroso», recuerda Osuna, y el resultado fue contundente: el ADN confirmó con un 99% de compatibilidad la paternidad de Leoncio. Con esta prueba, el juez declaró oficialmente hija a Rosario. Sin embargo, los hermanos no aceptaron el fallo e iniciaron una cadena de recursos que prolongó la causa varios años más.
«Cada vez que ganábamos, ellos recurrían. Y cada vez que recurrían, volvíamos a ganar. Eso sí: acumulaban costas y más costas», señala Osuna. Finalmente, el Tribunal Supremo cerró la cuestión de la filiación ratificando la condición de Rosario como hija legítima.
El turno de la herencia
Resuelto el reconocimiento, se abrió un nuevo frente: la herencia. El juzgado de primera instancia de Soria dio la razón a Rosario, decisión que fue recurrida sin éxito ante la Audiencia Provincial. Ahora, los hermanos Pilar y Leoncio han llevado el caso al Tribunal Supremo, lo que mantiene paralizado un 30-35% de la herencia.
«El recurso no tiene base alguna», afirma el letrado. «Ellos alegan que la reclamación de la herencia está fuera de plazo, que habría prescrito. Pero eso es imposible: la filiación ha estado en juicio durante diez años, y eso interrumpe cualquier plazo de prescripción. Además, la reclamación se hizo inmediatamente tras la muerte del padre. Es un argumento disparatado, solo busca ganar tiempo».
A pesar de estos recursos, Rosario ya ha recibido entre el 65% y el 70% de lo que le corresponde. Javier y Gabriel llegaron a un acuerdo extrajudicial poco antes del juicio en Soria y ya han abonado sus partes. Pilar ha entregado aproximadamente 280.000 euros, aunque aún le restan las costas y los intereses, mientras que Leoncio mantiene pendiente el pago íntegro.
«Si Rosario fallece, sus hijos heredarían el derecho, de modo que tarde o temprano van a tener que pagar. Y si fallecen Pilar o Leoncio, la deuda pasaría a sus descendientes. Están dilatando un proceso que no tiene escapatoria», apunta Osuna.
A la espera del Supremo
Los continuos recursos no solo han retrasado el desenlace, también han engordado la factura. «Cada vez que recurrían y perdían, eran condenados en costas. Y a eso hay que añadir los intereses, que son muy altos. Alargar el proceso solo les ha salido más caro», sostiene el abogado.
En este sentido, recuerda que Pilar ya ha abonado una parte importante, pero «tiene pendiente una cantidad elevada en intereses y costas, mientras que Leoncio se enfrenta al pago de absolutamente todo».
El Tribunal Supremo, según calcula Osuna, tardará «cinco o seis meses» en resolver. Aunque el fallo podría demorarse, el abogado se muestra convencido de que el resultado será favorable: «El Supremo solo admite a trámite casos que tengan un interés especial, en los que exista una duda jurídica relevante. Pero en materia de herencias no hay dudas: la jurisprudencia está consolidada y clarísima. Es un asunto común, sin ningún misterio. No tiene recorrido».
De confirmarse, Pilar y Leoncio deberán saldar definitivamente su deuda con Rosario, poniendo punto final a un litigio que ha durado más de diez años. «La justicia ha sido clara desde el principio. Solo se han dedicado a recurrir y a retrasar lo inevitable. Pero el tiempo de Rosario ha llegado», sentencia Osuna.
Más allá de las cifras, el caso de Rosario refleja la persistencia frente a las trabas judiciales y familiares. Tras una década de pleitos, exhumaciones y apelaciones, la hija del que fuera esposo de la Duquesa Roja está a un paso de ver reconocidos plenamente sus derechos.
«Ha sido un camino muy duro para ella. No se trata solo de dinero, sino de dignidad. Durante años le han negado lo que le correspondía. Hoy ya nadie discute que es hija de Leoncio, y pronto tampoco podrán discutir que es heredera», concluye Osuna.
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