Fabiola Martínez habla de sus amores antes de Bertín Osborne: «Me confundieron con una puta»

Fabiola ha confesado que no ha pasado nada entre ellos: «Había visto vídeos suyos en Instagram, a una amiga mía le encanta. Entonces, por su cumpleaños, yo le escribí porque intenté comprar entradas y estaban agotadas. Le pregunté si había alguna manera de conseguirlas, que yo se las pagaba, pero que no había ninguna manera de encontrarlas. Nunca me contestó». Y sin esperárselo «un día lo vi en la sala de espera de 'Y ahora Sonsoles'. Apareció por la puerta y lo primero que hice fue levantarme, presentarme y decirle 'soy tu fan'». Después, en el plató, «se produjo el momento que nos metimos el uno con el otro y a la gente le moló ese juego. Pero hemos estado dos veces o tres en un programa y nunca más».

Cuando se casó con Bertín Osborne, lo hizo en segundas nupcias. Su primer marido fue un «fotógrafo español que me ofreció venir a España para trabajar». Todo surgió después de que le hiciera unas fotografías para un 'book': «Me dijo que era muy guapa y que quizá me llamaba para hacerme un catálogo. Nos conocimos y un día me dijo de venir con él a Madrid para ver que pasaba entre nosotros». Con el tiempo, al terminar su relación, se alejaron «porque su pareja de aquel entonces me odiaba porque se a él se le escapaba mi nombre. De vez en cuando nos escribimos, pero no tenemos esa relación de amistad».

Fabiola ha contado un episodio que vivió con aquel hombre mientras paseaban por el centro: «Nos paró la policía. Iban de secreta, estaban haciendo controles y nos dijeron que diéramos la documentación. Yo dije que no la tenía -en Venezuela no suelen pedirlo a las mujeres- y yo creo que pensaron que éramos el chulo y la puta. No entendía nada. Me llevaron detenida. Me subieron en la furgoneta y me puse chulita. Luego nos hicimos amigos del policía. Le dije que era mi pareja».

También ha confirmado que conoció a Bertín Osborne en un videoclip: «Lo vi entando a la finca a caballo y pensé 'que hombre más alto, guapo y simpático. Yo en esa época fumaba y me daba caña con eso. Y con esa tontería, surgió la chispa». Además, has desvelado que su madre era una gran seguidora de su música: «Cuando tuve la oportunidad de conocerlo y comenzamos a tontear yo decía '¿Cómo voy a decírselo a mi madre si es su amor platónico? Ella lo adora. De hecho, va mucho al campo para estar con los niños y con él».

Cuando se conocieron, Fabiola tenía un novio «del que estaba muy enganchada»: «Era una persona agresiva y aunque nunca llegó a darme una paliza sí que una noche temí por mi vida. Él tenía adicción a las drogas y era una relación muy chunga y tóxica». Por eso, pensó que «cómo me iba a embarcar con otra historia, ni me lo planteé, aunque él me echó la caña». Eso sí, Martínez percibió que había «química» entre ellos y cuando terminó su noviazgo con el otro chico lamentó haber perdido la oportunidad de conocer al presentador: «Le dije a una amiga, Marisa Jara, que qué pena haberme perdido eso. Y me dijo que tenía unos amigos en común y que iba a organizar una comida».

Cuando ya estaba todo organizado, «me entró un poco el miedo y no fui a la comida. Aparecí en el último momento, en el café. Justo el tiempo suficiente para intercambiar los teléfonos. A partir de ahí nos comenzamos a mensajear y hablar. Me llamaba me hacía la difícil y así estuvimos hasta que consolidamos la relación». Fabiola ha confesado en 'Drama Queen' que «jamás pensé que llegase a ser mi marido porque yo ya había vivido el estar casada». «Le dije que lo único por lo que me casaría era para ser madre. Él me dijo que tenía tres hijas y que no quería más responsabilidad. Con el tiempo, lo pensó mejor y como quería hacer vida conmigo me dijo que no podía pedirme que renunciase a la maternidad y pensamos en tenerlo».

Ahora tiene claro que «no me volvería a casar». Y es que, con el tiempo, se ha dado cuenta que «no necesitas, cuando quieres a una persona y te vinculas emocionalmente por decisión propia, no necesitas que te lo avale un papel. Al final, el amor está por encima de esas cosas. Hablo del amor, no del enamoramiento. Del querer pasar el resto de tu vida con esa persona cerca de ti». Aunque confiesa que en la actualidad «estoy un poco pasota»: «Veo oportunidades en todos lados, pero me tengo que ubicar un poco. A veces no soy consciente de que tengo la edad que tengo y mis hijos. Ahora, pongo los pros y los contras». Y confiesa que cuando sale «soy de mirar y de que me miren y ahí empieza la cosa. Soy de las antiguas, pero moderna».