Bertín Osborne lloró de emoción en su boda con Fabiola Martínez

Para evitar miradas indiscretas Bertín celebró su boda en su finca sevillana, «Hacienda de San José». La ceremonia religosa fue en el jardín y la ofició el primo hermano de su madre (también lo hizo en su enlace con la desaparecida Sandra Domecq), quien arrancó las lágrimas del novio cuando recordó la figura de su madre, fallecida hace muchos años, y cómo le hubiera gustado ver a su hijo en ese instante. Para Bertín, la familia es lo primero y, a pesar de esa imagen de rompecorazones y cachondo eterno que tiene, lo cierto es que es una persona muy entrañable y muy de los suyos. A su lado tuvo a su padre, a sus tres hijas, la mayor embarazada, y a las hermanas de Sandra, así como a su viudo, Fernando Portillo, con quien siempre ha mantenido muy buena relación, así como su familia política que viajó desde Venezuela.

La nota del día la dio justamente la novia, que llegó una hora tarde, y eso que se vistió en la finca. Con un modelo dos piezas en palabra de honor de Rosa Clará, sobra decir que estaba deslumbrante, puesto que belleza le sobra y encanto también. La espera se hizo eterna y los nervios de Bertín eran palpables. A fin de cuentas una boda en el jardín, con todos los invitados sentados, con la temperatura que hace en Sevilla y con el chaqué encima es como para no estar tranquilo.

Entre los invitados, muchos amigos de toda la vida, los Domecq, los Bohórquez, los Fúster... y otros más actuales por motivos profesionales como los presentadores Mar Saura y Jorge Fernández, que comparten representante con Bertín y su íntimo Juan y Medio, así como Josemi Rodríguez Sieiro o los novios de la temporada, Carmen Martínez Bordiú y José Campos, que ya están en capilla. Lo más llamativo fue la ausencia de Martín Pareja Obregón (dicen que se acabó la amistad ¿será él?) y cómo Poti arrancó a la novia de los brazos de Bertín para bailar el vals que habían inaugurado. El minuto de oro fue cuando Bertín cantó un tema venezolano y su mujer subió al escenario a besarle emocionada. Se lo quería comer.

EN SU PUNTO

BEATRIZ CORTÁZAR